El 17% de los hogares con empleo y con hijos vive en situación de pobreza laboral: “Trabajar no es suficiente”

Meyling (36 años), Mariángeles (34 años) y Esther (42 años) tienen algo en común: empeño por trabajar y sacar adelante a sus hijos. Sin embargo, también coinciden en otra cosa: pese al salario mensual y el esfuerzo, no llegan a fin de mes. “No llego, no sé como lo hago, pero… poco a poco”, dice Mariángeles. No son las únicas. Según el último informe de Save The Children, Cuentas que no salen. Radiografía de la pobreza laboral en los hogares de España, publicado este miércoles, el 17,1% de las familias españolas con hijos en las que al menos un progenitor trabaja vive en situación de pobreza laboral; es decir, no logran generar los ingresos suficientes para superar el umbral de pobreza.

Mariángeles y Esther son madres solteras y tienen uno y tres hijos, respectivamente. Meyling vive con su esposo y tiene un hijo. Cada una enfrenta un problema distinto ya que la pobreza laboral varía dependiendo del tipo de hogar. En las familias monoparentales, la cifra aumenta al 32% y en las numerosas al 35,5%. La media nacional para toda la población es del 11,7%.

Para elaborar el informe ―el primero que hace la organización sobre pobreza laboral― analizaron los datos oficiales de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL) de la Seguridad Social, con el objetivo de cruzar los datos sobre riesgo de pobreza y empleo. Además, entrevistaron a ocho familias para conocer sus casos.

Meyling Janelys Cruz Aguinaga llegó a España con su hijo de 11 años hace poco más de un año desde Nicaragua, su marido había migrado meses antes. El primero en conseguir trabajo fue él, pero mantener una familia de tres con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) era casi imposible, dice la mujer a EL PAÍS. “No podíamos comprar ropa o calzado que necesitábamos, para la alimentación comprábamos menos y lo básico”, cuenta. Después, ella consiguió un trabajo por horas, con lo que añadía 160 euros al mes: “No era mucho, pero era algo para comer”, recuerda.

En los hogares compuestos por dos personas adultas, donde solo una trabaja, la tasa de pobreza aumenta al 33% cuando hay un hijo y al 38% cuando hay dos. Desde hace dos meses, los dos ya tienen un trabajo fijo en Bilbao, ella lo consiguió en una panadería tras mucho esfuerzo y absoluta disponibilidad. Tiene la suerte de que su pareja cuenta con flexibilidad laboral para cuidar a su hijo, de lo contrario “no podría tener el trabajo porque no hay conciliación”. Tal vez estaría desempleada buscando todavía un puesto por horas”.

Mariángeles, española que vive en Andalucía, trabaja 25 horas semanales y gana 650 euros netos, más la ayuda del ingreso mínimo vital. Cuenta a Save The Children su situación: “Lo que espero es tener una jornada completa, porque me lo gano, cada vez que me necesitan, estoy al pie del cañón”.

Ese es el caso de Esther quien es de Guinea Ecuatorial y vive en Madrid con sus tres hijos de 18, 16 y 6 años. “Al ser madre soltera es difícil, hay meses que te sientes ahogada”, dice a la ONG. Trabaja como supervisora en un hotel desde hace más de un año: “Dependo de mí y de mi trabajo, por eso casi siempre me veo ahogada y no llego a fin de mes. Tengo dificultades con las horas de trabajo y la necesidad de salir corriendo a por los niños”, comenta. Esther actualmente está buscando un piso para que estén más cómodos, pues ahora comparte una vivienda con otros familiares.

Por autonomías, la tasa de pobreza laboral más alta se encuentra en Andalucía (24,6%), Castilla-La Mancha (24,2%) y Murcia (22,4%). Por el contrario, las comunidades con menores tasas son Galicia (8,2%) y País Vasco (9,3%).

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