A Majo Jimeno, de 47 años, todavía se le pone la piel de gallina cuando recuerda la tarde en la que se encontró en el Hospital La Fe de Valencia a un niño ingresado solo en una habitación. Tenía un año y medio, la edad de su hija. “Fui al control de enfermería a preguntar qué pasaba y me dijeron que no tenía padres, me quedé con el corazón en un puño”, confiesa. Se ofreció a quedarse con él, pero no la dejaron al no pertenecer a ninguna entidad que realizase esta labor, algo imposible porque no existía. “Llegué a casa y mientras cogía a mi niña en brazos no dejaba de pensar en quién calmaría a ese peque o lo abrazaría. Cuando están malitos lo que más necesitan es el achuchón de una madre y dormir acompañados, además del Apiretal”, cuenta. No podía quedarse de brazos cruzados. Así nació hace 11 años la asociación Mamás en Acción, ahora presente en 47 hospitales españoles.
En España 51.972 menores se encuentran tutelados, de los cuales 17.112 viven en centros residenciales. Mientras los niños y adolescentes atendidos por el sistema de protección aumentan, la acogida familiar desciende desde el año 2019, según refleja el último Boletín de datos estadísticos de medidas de protección a la infancia y la adolescencia, elaborado por el Ministerio de Juventud e Infancia.
La Ley de Protección Jurídica del Menor establece que los niños que no alcanzan los 3 años deben acceder al acogimiento familiar, pero 594 en esta franja de edad se encontraban en 2023 en una residencia tutelada junto a 606 niños que tenían entre 4 y 6 años, edad en la que la normativa prioriza la estancia en un hogar. El Gobierno y las autonomías se han comprometido a acabar con esta situación en 2026, a instancias de la Unión Europea.
La campaña de la ONG #NiUnNiñoSolo pide que no esté ni un menor sin acompañante en el hospital, pero que tampoco haya ni uno tutelado en centros de acogida. “Nunca se podrá sustituir el calor de crecer en una familia. Si tuvieran un hogar, Mamás en Acción no haría falta”, defiende Gimeno, que dejó su cargo como directiva de marketing para dedicarse a este proyecto.
Recuerda numerosas historias que la han marcado. “Hemos acompañado desde un bebé prematuro de 700 gramos hasta un chaval de 17. Hemos visto a niños fallecer, que se irían al cielo solos si no estuviésemos con ellos en el hospital. Un peque de 10 años fingió que se estaba muriendo para que lo volviesen a ingresar, lo único que necesitaba era compañía”, cuenta.
Su entidad solicita aumentar el presupuesto para dar a conocer la figura del acogimiento familiar y promover campañas de sensibilización ante “una realidad que permanece oculta”. Gimeno defiende, además, la rentabilidad de la acogida familiar. Asegura que una plaza en un centro de acogida cuesta al Estado entre 6.000 y 9.000 euros mensuales, frente a los 400 euros de media por menor a cargo que concede la Administración a las familias receptoras.
Del mismo modo, considera fundamental reforzar el personal para agilizar los trámites de acogida. La ONG concluye con esta jornada una serie de iniciativas que la han llevado a reunirse con los portavoces del PP y el PSOE, y a comparecer en la Comisión de Infancia. Gimeno advierte de que el tiempo corre en contra. Cuanto más mayores se hacen, menos probabilidades tienen de encontrar una casa en la que poder vivir.
Solo un 12,9% de las bajas en recursos tutelados se debe a la salida para vivir en un hogar. La mayoría se producen cuando los adolescentes alcanzan los 18 años, momento en el que, en muchas ocasiones, tienen que abandonar las instalaciones controladas por la Administración.
López estuvo hospitalizada en su adolescencia a causa de varias operaciones de rodilla. “Muchas veces estaba sola, no es lo más agradable”, confiesa. Este sentimiento es el que quiere paliar Gimeno con su proyecto. Son muchos los voluntarios que quieren acoger a los menores que acompañan.
Al menor que ella adoptó lo conoció en su tarea como voluntaria en Mamás en Acción. Era un bebé tutelado. “Iba a ir a un centro y decidí que se venía a casa. Estuvo seis meses en acogida y pasó a consejo de adopción, nadie lo quería porque el pronóstico era malo. Luché por darle mis apellidos y después de años lo conseguí”, cuenta.
La directora de enfermería del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, Pilar Herreros, califica de “maravillosa” la labor de Mamás en Acción. En el año 2018, el entonces jefe de Pediatría del Hospital La Fe de Valencia, José Ramón Mínguez, reflejó en un estudio que gracias a esta ONG los niños enfermos se recuperaban antes.
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Source: elpais.com