El asesinato de una joven embarazada despierta la conciencia de Rumania sobre la violencia machista

Un hombre disparó a sangre fría a una mujer embarazada de 23 años frente a su hija de tres en un complejo residencial ubicado al norte de Bucarest el pasado sábado, alrededor de las siete de la tarde (una hora menos en la España peninsular). La víctima, Teodora Marcu ―conocida en su país por participar en el reality show La isla de las Tentaciones―, recibió de cerca y sin previo aviso tres balazos: uno en el pecho y dos en el abdomen. Le disparó Robert Lupu, su expareja, según se aprecia en las cámaras de videovigilancia. Pese a la rápida intervención de los servicios médicos, la joven ―embarazada de casi cinco meses― falleció poco tiempo después mientras estaba siendo trasladada al hospital.

Ahora, Teodora Marcu es la vigesimoquinta mujer asesinada por violencia machista en Rumania en lo que va de año; y fueron 34 el pasado año. Una cifra que, denuncian una y otra vez las organizaciones dedicadas a la lucha contra la violencia de género, indica que el número de feminicidios en este país de la Europa del Este es preocupante. En la última década, se calcula que han sido asesinadas por violencia machista 514 mujeres.

El crimen ha horrorizado a todo el país, de unos 19 millones de habitantes, que venía de elegir el pasado 18 de mayo a un presidente proeuropeo , que evitaba condenar la violencia contra las mujeres. “Debemos hacer publicidad de manera amplia en la población de que el Estado rumano no tolera este fenómeno”, dijo el recién elegido presidente, Nicușor Dan. Un crimen, este, que además ha evidenciado de nuevo las deficiencias de las autoridades para frenar este problema estructural.

“En una sociedad fuertemente patriarcal, donde se imponen los roles tradicionales de género, la violencia contra las mujeres se convierte en el instrumento para controlar y disciplinar el comportamiento de ellas”, prosigue la también investigadora. Además, subraya que a esta realidad se añade que se suele culpar a las víctimas y justificar a los agresores; lo que termina por desalentar a las supervivientes.

“La sociedad no cree a las víctimas, las denuncias tardan mucho tiempo en resolverse, al tiempo que ellas viven bajo el terror de que en cualquier momento algo pueda suceder. Los actos de violencia no son percibidos como hechos graves y se ordena renunciar a la acusación, como fue el caso de Teodora Marcu”, denuncia Braga.

También lamenta que las organizaciones no gubernamentales que luchan por defender los derechos de las mujeres no tienen un interés público y que, por tanto, no obtienen ningún apoyo por parte del Estado. “La representación política de las mujeres es ridículamente baja, y la que hay se debe principalmente por obediencia. En realidad, los hombres son el Estado. Las mujeres están desconsideradas, son humilladas y, a veces, asesinadas”, incide Miroiu.

Sólo el pasado año, hubo más de 130.000 intervenciones policiales. Asimismo, casi 13.000 víctimas de violencia intrafamiliar se beneficiaron de los servicios de ayuda, de las cuales 2.669 eran adultas y 10.316 menores, de acuerdo con el Centro Filia.

“Los presuntos autores de amenazas, chantaje, abusos y violaciones no son juzgados muchas veces al tratarse de un hecho cometido por su actual o antiguo marido o pareja”, señala Corina Voicu, jueza retirada y actual vicepresidenta de la Asociación de Derecho y Educación para Todos (ADEPT). También indica que las denuncias no se agrupan, lo que provoca también que no se cumplan las órdenes de alejamiento y que los magistrados no estén tampoco especializados en la violencia de género.

Tampoco ayuda la coyuntura sociopolítica del país, con el ascenso del ultranacionalismo, cuyo principal partido es la segunda mayor fuerza en el Parlamento y sigue aumentando en intención de voto, según las encuestas. “La extrema derecha está fomentando esta relación de poder desigual entre mujeres y hombres”, advierte Braga.

El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico [email protected]

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