37 países se plantan contra los planes de Trump de autorizar la minería submarina en aguas internacionales

António Guterres, secretario general de la ONU, ha empleado la misma metáfora para poner el foco sobre un incipiente problema ambiental en un par de ocasiones durante sus intervenciones públicas en la conferencia sobre la protección del océano que se cierra este viernes en Niza, al sureste de Francia. “Los fondos marinos no pueden convertirse en un salvaje Oeste”, dijo el lunes durante la apertura de la reunión. Lo repitió al día siguiente en una conferencia de prensa para describir lo que ocurre en las aguas internacionales, esas que no están dentro de la jurisdicción de ningún país.

Guterres menciona el salvaje Oeste al referirse a la minería submarina en aguas internacionales. Porque cuando se aborda la protección medioambiental en la alta mar, de lo que se habla en muchas ocasiones es de un territorio sin ley. Y al frente de la principal potencia del mundo está ahora un líder con maneras de cuatrero: Donald Trump. Pero, en vez de quedarse con el ganado ajeno, pretende apoderarse de unos recursos que son de todos.

Ese reglamento había sido recurrido por varios colectivos de pescadores y por el Gobierno español. Desde Niza también el ministro de Agricultura, Luis Planas, consideró que es un “grave error el demonizar una práctica pesquera per se”, en referencia a la pesca de arrastre. Tatiana Nuño, de la organización Seas At Risk, critica las palabras de Planas por ir contra la ciencia. También, que haya “demostrado que su lealtad reside en la flota industrial de arrastre de fondo, y no en los pescadores de bajo impacto” y “las comunidades costeras”.

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