“El yoga tiene un papel muy positivo a la hora de ayudar a sobrellevar la enfermedad por eso es la actividad que más realizan nuestros pacientes, la más popular”, indica Pablo Villoslada, y jefe del Servicio de Neurología del Hospital del Mar de Barcelona, que confirma cómo la evolución de Leal a través del yoga es la más habitual entre los enfermos de esclerosis. “Están los problemas físicos y luego la vivencia emocional de una enfermedad crónica que es horrible porque la pasas con el miedo a quedarte paralizada en una silla de ruedas, y mientras no te ocurre, estás muerta de miedo, y cuando te ocurre, pues ya lo tienes, por eso el yoga, además del componente del ejercicio suabe, tiene el de la relajación y meditación, que ayuda a capear esa tormenta psicológica”, abunda.
Al poco tiempo de conocer su diagnóstico, Leal tuvo la valentía de tener otra hija, aunque a los 20 días de nacer tuvo que ponerse de nuevo bolos de corticoide. Justo después, Guillermo Izquierdo, el fundador de la unidad de esclerosis múltiple del Macarena, la inscribió en el ensayo clínico para el desarrollo de un medicamento en el que estuvo nueve años hasta que fue aprobado. En la actualidad en Andalucía hay al menos 70 estudios clínicos activos que investigan en esclerosis múltiple, concretamente 42 ensayos clínicos (14% en fases tempranas), 27 estudios observacionales y una investigación clínica con producto sanitario, en los que participan 132 pacientes, informan desde la Consejería de Salud.
Empezó con el yoga con cierto escepticismo, pero su necesidad de confirmar si estaba realizando los ejercicios de forma correcta hizo que su profesora la apuntara a un curso para impartir clases. Eso la llevó a indagar en las enseñanzas de Sri T. Krishnamacharya, conocido como el padre del yoga moderno, hasta el punto de viajar hasta Dublín a conocer a uno de sus discípulos, Srivatsa Ramaswami, que impartía unas charlas allí. “Me dijo: ‘coge tu propia responsabilidad’ y eso me marcó”, recuerda. “Todos tenemos miedo a esa degeneración física, pero hay que aprender que nada de eso lo puedes controlar, que nada es permanente. Cuando asumes eso, que tú tomas la responsabilidad de tu vida, ya no te atas al victimismo”, abunda, parafraseando a su maestro.
Practicar los movimientos y las técnicas de respiración le han cambiado la vida y la forma de enfrentarse a las limitaciones que le impone su enfermedad. “Si yo no estirara o practicara la respiración todos los días, no sé dónde estaría. Me ha ayudado a nivel físico, mental y personal”, reconoce. Leal, no obstante, advierte: “el yoga no es mágico” y llama la atención sobre la importancia del acompañamiento médico: “El yoga no sustituye a nada, simplemente te acompaña en la aceptación. Cuando piensas que te puede dar un brote o vas a que te pongan un bolo de corticoide o a una reunión de la Federación de Esclerosis Múltiple y ves a gente en silla de ruedas… Eso te cuesta, pero entender que no puedes controlar lo que va a pasar, ayuda”.
La sevillana hace hincapié el control médico. “Tener un pronóstico de esclerosis múltiple es muy duro. En el tiempo que estuve en el ensayo clínico estuvimos muy controlados, cada tres meses nos sometían a muchas pruebas y estar al lado de profesionales que te atienden y están pendientes, es esencial y ayuda sobremanera”, indica. Villoslada también insiste en que el yoga no cura la enfermedad, “pero ayuda y por eso es tan popular”. “Nunca va a crear un problema o más daños y el proceso de meditación es muy útil y también puede ir acompañado de terapia psicológica para abordar el problema adaptativo que supone la esclerosis múltiple”.
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Source: elpais.com