Israel intensifica su ofensiva con ataques “sin precedentes” sobre Irán

Sin dejar de recibir misiles iraníes, Israel intensifica su ofensiva sobre el régimen de los ayatolás golpeando nuevos objetivos, algunos simbólicos, que pretenden estrechar el cerco al país cuyo líder supremo, Alí Jameneí, lleva días evaporado de la esfera pública. Se trata de golpes “sin precedentes”, como los ha calificado el ministro israelí de Defensa, Israel Katz: la cárcel de Evin, donde hay detenidos opositores; el famoso reloj que pretende marcar la supuesta cuenta atrás hacia el final del Estado de Israel; aeropuertos militares o la sede de un cuerpo de la Guardia Revolucionaria. Al mismo tiempo, el Estado judío se plantea dar por cerrada la campaña de ataque sobre la República Islámica puesta en marcha el 13 de junio, según publica el diario The Wall Street Journal citando a algunas fuentes israelíes y árabes. Todo ello si Teherán acepta no seguir atacando, pero la decisión está en manos del líder supremo.

Derrocar al régimen no era, en principio, el objetivo de los ataques desatados el 13 de junio, aunque las autoridades de Israel no ocultan que, si cae como consecuencia de la presente ofensiva, lo verían con buenos ojos. Los ataques lanzados en las últimas horas llevan a pensar que la escalada busca no solo destruir el programa nuclear iraní y su producción de misiles, principales metas marcadas por el primer ministro Benjamín Netanyahu, sino ir más allá.

Entre los objetivos que el Estado judío afirma haber alcanzado se encuentra la sede de la fuerza paramilitar Basij, una de las cinco ramas de la Guardia Revolucionaria, el ejército paralelo que sirve directamente al líder supremo. Se trata de una herramienta para mantener a raya el orden público y castigar la disidencia, por lo que son frecuentes protagonistas en las represiones de las marchas de protesta contra el régimen.

El denominado cuerpo Alborz, encargado de proteger varias localidades de la provincia de Teherán y de mantener la estabilidad del régimen, también ha sido golpeado, así como sedes de las fuerzas de seguridad.

También el conocido como “reloj de la destrucción”, instalado en la Plaza Palestina de Teherán en 2017, ha sido atacado por el ejército israelí, según los objetivos enumerados por Israel Katz. Ese reloj avanza marcha atrás hacia la desaparición del Estado judío, que prevén para 2040. Borrar a Israel del mapa forma parte del ideario de la Revolución Islámica.

Una misión Naciones Unidas sostiene que Israel puede haber violado el Derecho Internacional Humanitario tras matar a decenas de civiles en un bloque de apartamentos y a tres trabajadores humanitarios en Teherán. Además, “entre los lugares dañados se encontraban una clínica para niños con autismo y un hospital en Kermanshah”, según declaraciones a los medios en la presentación del informe, informa Reuters.

Las dudas siguen flotando sobre los posibles daños causados por los ataques de Estados Unidos en la madrugada del domingo sobre el programa nuclear iraní. Washington insiste en que han acabado con la capacidad iraní de construir la bomba atómica, aunque el régimen ha negado siempre que ese fuera el objetivo de un programa que consideran civil. “Las instalaciones nucleares de Irán han sido destruidas total y completamente”, ha afirmado Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, en declaraciones a la cadena ABC.

Aunque hay algunas imágenes satelitales del antes y el después de esos bombardeos, estas no ayudan a confirmar los daños, que el régimen iraní desmiente. En respuesta, Teherán ha pasado a considerar objetivos a ciudadanos e intereses estadounidenses en la región y ha amenazado con cerrar el estratégico estrecho de Ormuz, por el que pasa una cuarta parte del petróleo mundial. De momento, ni lo uno, ni lo otro.

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