Lo único en lo que están de acuerdo ambas partes es en que aún es pronto para obtener la fotografía completa del impacto real que tuvieron los ataques, en los que se emplearon aviones B-2, que dejaron caer bombas antibúnker, como había pedido Israel tras varios días de asedio aéreo a Irán, sobre las plantas de enriquecimiento de Fordow y Natanz. Era especialmente compleja la misión en Fordow, cuyas instalaciones están enterradas a una profundidad que se calcula de entre 45 y 90 metros bajo las montañas al sur de Teherán.
Según el informe de la DIA, el daño tanto en esas instalaciones como en la de almacenamiento de Isfahán se limitó principalmente a las estructuras superficiales, que, eso sí, resultaron gravemente afectadas.
Por la mañana, Trump había vuelto a incidir en su mensaje de las primeras horas tras el ataque y que luego atemperó el jefe del Estado Mayor, el general Dan Caine, el domingo. “Creo que [las instalaciones nucleares] han quedado completamente destruidas”, insistió el presidente estadounidense. “Esos pilotos alcanzaron sus objetivos. Esos objetivos fueron destruidos, y hay que reconocerles el mérito a los pilotos”. A la pregunta de si creía que Irán estaba en condiciones de retomar su programa nuclear, Trump respondió: “Ese lugar está enterrado. Ese lugar está destruido”.
El mandatario republicano hizo esas declaraciones a los reporteros que lo esperaban a que cogiera el helicóptero presidencial Marine One, al inicio de su viaje a La Haya (Países Bajos), donde lo aguardaba la cumbre de la OTAN más trascendental de la memoria reciente. No solo por la situación en Oriente Próximo −Trump llega a Europa después de haber forzado un acuerdo de alto el fuego entre Israel e Irán−, si no también por
La evaluación del daño causado por los bombardeos ordenados por el presidente estadounidense es una batalla aún abierta que se libra en varios frentes y de cuya resolución depende el mérito que Trump pueda finalmente atribuirse tras un arriesgado órdago. Este martes, los senadores demócratas criticaron el aplazamiento de la presentación de un informe confidencial sobe lo que pasó y, sobre todo, cuánto se destruyó en la madrugada del domingo pasado en Teherán.
Chuck Schumer, líder de la minoría en el Senado, criticó el “aplazamiento de última hora” de la sesión informativa. “Es indignante, evasivo y negligente”, dijo visiblemente airado a los periodistas destacados en el Capitolio de Washington. “La administración tiene la obligación legal de informar al Congreso sobre lo que está sucediendo. ¿A qué tienen miedo? ¿Por qué no comparten detalles cruciales, el resultado del reciente ataque, el alcance y las perspectivas del conflicto, la estrategia a largo plazo de la administración para evitar que Irán obtenga armas nucleares, los riesgos potenciales a los que enfrentan los ciudadanos estadounidenses y nuestros militares, a quienes todos tenemos la obligación de proteger?“, añadió Schumer.
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Source: elpais.com