La OTAN aprueba elevar el gasto en defensa al 5% del PIB, el mayor aumento de su historia

La OTAN se ha asegurado de que su cumbre en La Haya suponga un antes y un después en la defensa colectiva de la alianza militar más poderosa del mundo contemporáneo. Los 32 aliados han suscrito finalmente un acuerdo para . Lo ha firmado también España, pese a sus reticencias a comprometerse a un gasto que considera innecesario y politizado y que han suscitado una amenaza del presidente estadounidense, Donald Trump, con hacerle pagar su no a golpe de aranceles.

El acuerdo de incremento de gasto alcanzado, el más alto en las más de siete décadas de historia de la Alianza, “significa que no importa cuál sea el desafío, ya venga de Rusia o del terrorismo, un ciberataque, sabotaje o una competencia estratégica, esta alianza está y seguirá estando lista, dispuesta y capaz de defender cada centímetro de territorio aliado y garantizar que los nuestros 1.000 millones de ciudadanos pueden seguir viviendo en libertad y seguridad”, se felicitó Rutte al término de una de las cumbres más tensas de la historia reciente de la OTAN.

Tras el no de España a comprometerse a un incremento de gasto que dice es innecesario y responde a necesidades políticas —apaciguar a Estados Unidos—, la declaración ha pulido su lenguaje para evitar usar términos como “todos”, un “nosotros” o “cada aliado”, que salía en borradores anteriores, y poder así ser firmada por los 32 Estados miembros, pese a que España ha obtenido de manera paralela una flexibilidad que le permitirá dedicar un presupuesto menor, como afirma que le basta, para cumplir con sus objetivos militares.

El pacto, sin embargo, ha provocado la ira de Trump. Poco antes de partir, el estadounidense arremetió contra Sánchez, al que amenazó con emprender una guerra comercial directamente con España. “Es el único país que rechaza pagar, es ir un poco de gorra, así que van a pagar a través del comercio (…) les vamos a hacer pagar el doble”, criticó el presidente estadounidense, dijo que negociará “directamente” con el presidente del Gobierno español.

La brevedad de la declaración, igual que la propia cumbre, de apenas unas horas, es otra señal más de que la cita en La Haya tenía, prácticamente, un solo propósito: apaciguar al volátil Trump, quien pese a todo se encargó de calentar el ambiente ya durante su viaje de ida con unas primeras amenazas a España —“es un problema”, dijo Trump; “España siempre es la solución, nunca es un problema”, le replicó Sánchez en La Haya—.

“Estamos con ellos al 100%”, insistió Trump al llegar a la cita de la OTAN, una vez que vio asegurado el acuerdo que le permite regresar a casa con el que se atribuye —y también lo han hecho Rutte y otros aliados— una victoria personal. “Es una victoria monumental para EE UU porque pagábamos mucho más de lo que nos correspondía. Y era bastante injusto”, celebró el republicano. “Es un hito histórico muy importante. Algo que nunca se pensaba que fuera posible”. “Si usted no hubiera sido elegido presidente, nunca habríamos podido aumentar el presupuesto de la OTAN”, le había dicho un zalamero Rutte poco antes.

El acuerdo consensuado incluye una cláusula de revisión en 2029 al que se aferran tanto España, que rechaza abiertamente el 5% propuesto, como países como Bélgica, que tienen dudas sobre su capacidad de cumplimiento de esas metas de gasto, aunque nadie haya querido plantarle cara a Trump como lo ha hecho el español Pedro Sánchez. Un mandatario al que la mayoría de líderes evitaron hacer recriminaciones directas, pero al que dejaron claro que se había quedado solo en su desafío al consenso al que, pese a todo, también se ha unido.

“No es correcto lo que España dice de que puede llegar con el 2,1%. No podríamos ejercer la disuasión y defendernos de manera suficiente”, criticó la primera ministra danesa, la socialista Mette Frederiksen. Incluso el belga Bart De Wever, cuyo país probablemente no cumplirá las metas impuestas —en cualquier caso no está previsto en el presupuesto militar recién aprobado para los próximos años— y que también ha dado a entender que arrastrará los pies hasta al menos la revisión de 2029, ironizaba sobre los cálculos españoles: “Los estrategas de la OTAN han calculado los gastos y consideran que, con precios actuales, se necesita el 3,5% del PIB para lograrlo (…) si Pedro Sánchez puede hacerlo con el 2,1%, sería un genio y la genialidad inspira a la gente”, dijo el nacionalista belga.

Rutte no quiso abundar más en una polémica que le obligó a negociar hasta el último momento. “Podemos estar de acuerdo en que no estamos de acuerdo, que ellos creen que pueden llegar a sus objetivos de capacidad con el 2,1% de gasto. La OTAN dice que tiene que ser el 3,5% como para todos los otros aliados”, se limitó a decir en la rueda de prensa final.

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