El vestuario del Salzburgo, rival del Real Madrid este jueves en Filadelfia (madrugada del viernes en España, 3.00, Dazn y Telecinco), se mueve estos días del Mundial de Clubes al ritmo de Yamore. Se trata de un viejo tema de 2002 del maliense Salif Keita y la caboverdiana Cesária Évora revitalizado ahora con un toque afro house que le ha dado una nueva vida en TikTok. También en la lista de reproducción del mediocentro danés Mads Bidstrup, de 24 años, capitán y DJ del equipo austriaco. “Mis compañeros están siempre encima de mí, pidiéndome cosas nuevas”, cuenta a través de una videollamada unos días antes de comenzar el torneo. “Paso mucho tiempo actualizando mis listas para que el equipo esté contento”.
De aquella primera vez en el Bernabéu, tan complicada, guarda sin embargo un instante inolvidable. Le marcó al Madrid el único gol de su equipo. “Fue un partido muy duro. Recuerdo que al final solo intentaba recobrar el aliento, sobrevivir los últimos 10 minutos”, recuerda. “Normalmente, no soy el tipo de jugador que acaba en el área, soy más un centrocampista defensivo. Pero, de repente, me encuentro al borde del área, llega un centro y recuerdo pegarle con la zurda. Sentí el balón casi rodeándome el pie, lo golpeé perfectamente”. La alegría de marcar en un lugar así, y el desconcierto por el efecto: “El estadio se quedó en silencio. No sientes que acaba de pasar algo increíble. Vas corriendo y no entiendes del todo lo que acaba de pasar. Pero es un gol que recordaré toda la vida. Fue una locura”.
Fue una volea hermosa, con un vago aroma a la de Zidane en la final de la Novena. “Quizá se parece un poco. Sentí como: ‘Bueno, ahora necesito cortarme el pelo, tal vez quedarme calvo también”, bromea. El francés ha sido uno de sus referentes. “Recuerdo estar en el colegio viendo vídeos de Zidane en YouTube. Obviamente, no estoy ni cerca de ser el mismo jugador que él. Pero era genial ver sus partidos antiguos y los goles que marcaba. Zidane fue muy importante para mí”.
Pasó allí tres temporadas en las categorías inferiores y firmó por el Brentford, que jugaba en la segunda inglesa y terminó ascendiendo a la Premier, donde llegó a disputar cuatro partidos. Sin embargo, no jugaba tanto como quería y en invierno decidió regresar a Dinamarca, al Nordsjalland. “Fue una buena decisión para tener minutos de manera regular”, lo que le permitió dar el salto al Salzburgo en 2023. “Fue la elección perfecta. Su estilo de mucha intensidad, duelos y juego directo es lo que mejor hago. Es uno de los mejores lugares para crecer como jugador joven, con competiciones como la Champions y ahora el Mundial de Clubes”.
Este camino también ha ido dejándole huellas sobre la piel: tatuajes con referencias a sus padres y a su hermano pequeño, una máscara de Darth Vader y versículos de la Biblia. Como el que le regaló su pastor cuando se confirmó con 15 años: “Confía siempre en el Señor, porque el Señor es una roca eterna”, de Isaías, 26:4. “Tiene mucho significado para mí. Me ayuda mucho, sobre todo antes de los partidos grandes. Para apoyarme en algo más grande que yo”.
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Source: elpais.com