Trent descubre a Gonzalo

A veces las cosas encajan de manera tan imprevista como cautivadora. llegara a tiempo para disputar el Mundial de Clubes, al llegar a Palm Beach se quedó temporalmente sin Mbappé, y esa baja le levantó el portón a Gonzalo, de manera que Xabi Alonso se encontró con uno de los mejores productores de centros del mundo y con la repentina aparición de uno de los cabeceadores más certeros que ha tenido el equipo en los últimos años. Y así desatascaron el partido: un balón preciso del inglés y el tercer gol en cuatro partidos del canterano. Ahí empezó a derretirse el armazón de la Juve, que vio cómo el Madrid avanzaba a los cuartos de final, que jugará el sábado en Nueva Jersey contra el Borussia Dortmund (22.00, Dazn y Telecinco).

La Juventus tampoco parecía incómoda con el transcurrir de los minutos. Su portero apenas se veía inquietado. Si era un clásico, era un clásico de fogueo, una especie de práctica de posicionamiento del Madrid, otra vez con tres centrales, otra vez con Rodrygo en el banquillo, todavía sin Mbappé en el once, otra . La formación le otorga control, pero los italianos conseguían estancar el juego.

La producción de lo diferente dependía de la fantasía de dos compatriotas. En el Madrid, de Arda Güler, cada vez más el eje de las operaciones. Cada vez más mandón, agitando los brazos para que los compañeros dieran más vida a la pelota, para salir del adormecimiento impuesto por los italianos. Era el único que rompía con pases verticales la cansina circulación horizontal. Encontró a Valverde en el área con un balón que sobrevoló la defensa y que terminó en un tiro de Bellingham desactivado por el pie derecho de Di Gregorio. El Madrid siguió obligando al portero italiano desde el perímetro con el fusil de Valverde. El uruguayo es la amenaza más insistente del Real, desde lejos o apareciendo en el área.

Cuando la Juve se aventuró a dar un pasito adelante, el Madrid aprovechó el espacio recién abierto. Vinicius pudo echar las primeras carreras. La vida les resulta más sencilla cuando se agitan las fichas, cuando el suelo vibra. Desapareció la sensación de escenario controlado por la Juventus. Arda no era la única vía. Trent desenfundó el arma de precisión que es su pie derecho y puso un centro que Gonzalo cabeceó a la red en un salto con ecos del gran Zamorano.

La Juve respondió enseguida con un tiro lejano de Thuram que requirió de una estirada de Courtois. Poco más. Obligados a ir hacia delante, los italianos destrabaron el escenario para un Madrid en el que se estrenó por fin Mbappé en el torneo. Vinicius corría por la pradera recién abierta y encontraba en el área al francés. O a Valverde, que siempre aparecía ahí, y rozó el gol de chilena. El despliegue del uruguayo siendo imperial, pero ahora puede asomarse más hacia delante sin necesitar compensar desatenciones de banda a banda, barriendo descuidos. Es una de las armas más peligrosas de este nuevo Madrid. Aunque nadie tan certero como el aparecido Gonzalo: una cabeza para el pie de Trent.

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