Igualdad advierte a los entornos de las mujeres víctimas de violencia machista que “maximicen la alerta” porque eso puede “salvar vidas”

¿Qué pasa cuando no pasa lo que debería pasar después de que un niño cuente en su colegio que en su casa su madre y su padre se están separando y alerte, a su manera, que puede producirse violencia? ¿Y cuando no es un colegio sino un centro de salud y no es un niño sino la hermana de una mujer maltratada quien avisa a profesionales sanitarios un día en el que la acompaña al médico? Como mínimo, en ambos casos, la violencia seguirá produciéndose. Pero justo en estos dos, esa violencia acabó en asesinato.

Son dos de los crímenes machistas que este jueves han formado parte del análisis del comité de crisis ―la reunión entre los ministerios de Interior, Justicia, Igualdad, las comunidades autónomas, la fiscalía de violencia sobre la mujer y las unidades de violencia sobre la mujer de las autonomías en las que se producen los asesinatos―, del que, aún sin finalizar, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha salido a hacer declaraciones.

Ese encuentro, que comenzó a las 10.00 de la mañana y que al mediodía aún no había terminado, tenía sobre la mesa los asesinatos que 14 hombres han perpetrado en abril, mayo y junio: 14 mujeres, dos niñas y un niño que fueron asesinados por sus padres, todavía parejas de sus madres, en fase de separación o divorcio o ya viviendo cada uno por su lado.

Solamente en tres de los casos analizados había denuncia, que es una proporción aún más baja de lo habitual en números globales ―alrededor de dos tercios de los asesinatos por violencia machista no cuentan con denuncia previa―, y que tiene siempre los mismos motivos: el miedo de las mujeres por su vida, por la de sus hijos, a no ser creídas o los diferentes obstáculos que encuentran según sea su situación.

Redondo ha insistido en la necesidad de alertar a las instituciones, por parte de las mujeres que están sufriendo violencia, pero sobre todo a los entornos, “porque ellas es verdad que muchas veces están aterradas o que tienen dobles y triples vulnerabilidades”.

Ese entorno ―amigos, familia, compañeros de trabajo, vecinos, conocidos― , “cuando conoce o puede tener indicios de la situación de violencia de género que está sufriendo una mujer, no puede omitir el deber de socorro, necesitamos que los entornos se activen, una llamada al 016″ o una denuncia ante la policía o servicios sociales o el recurso que tengan más cerca, ha insistido.

También, ha reconocido, es necesario “reforzar la coordinación de todo el sistema, de los servicios sanitarios, de los servicios policiales, de las unidades de género, de las delegaciones y subdelegaciones del gobierno. Eso está en el debe del gobierno”.

La última semana de junio se produjo la primera concatenación de asesinatos de este año, llamada clúster, en apenas 48 horas se tuvo constancia de cinco crímenes. Entre el martes y el miércoles de esa semana fueron hallados los cuerpos de cinco mujeres asesinadas a manos de sus parejas. Ante esos últimos casos y en previsión de lo que las instituciones saben, por estadística, que puede suceder en los próximos meses, tanto Igualdad como el Ministerio del Interior activaron diversas medidas para hacer frente a lo que Redondo entonces definió como “alarma real y cierta” en torno a la violencia machista.

El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico [email protected]

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