Aunque las cifras son secretas, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri, por sus siglas en inglés), Francia dispone de unas 290 cabezas nucleares, de las que 280 podrían usarse de inmediato.
En el mismo día en que las fuerzas de seguridad costera del Reino Unido rescataban a cerca de 220 personas de las aguas del canal de la Mancha, Starmer y Macron anunciaban, además del pacto nuclear, un importante acuerdo de devolución de migrantes al continente. Bautizado como one in-one out (uno dentro-uno fuera), comenzará a ponerse en marcha en unas pocas semanas, según han anunciado ambos dirigentes.
El proyecto piloto dista mucho de ser la solución definitiva a un problema que ha puesto contra las cuerdas al actual Gobierno del Partido Laborista y ha dado mecha en abundancia a la derecha populista de Nigel Farage y su partido, Reform UK. Según los términos acordados, los primeros intercambios serán de apenas 50 personas de un lado y de otro por semana. Londres podrá devolver a Francia los irregulares que lleguen a sus costas desde las playas cercanas a Calais, y el Gobierno francés podrá enviar a territorio británico a las personas que tengan algún vínculo familiar en la isla, siempre que no hayan intentado previamente entrar de modo irregular.
Macron ha querido señalar a los británicos, con diplomática crudeza, la causa de sus tribulaciones actuales con la inmigración irregular,: “Sé que no es su caso, primer ministro”, decía, dirigiéndose a Starmer, “pero muchos ciudadanos de su país afirmaron que el Brexit haría posible combatir con más firmeza la inmigración irregular. De hecho, desde entonces no ha sido posible un acuerdo migratorio con la UE (…). Para todos aquellos que quieren cruzar el canal de la Mancha, se ha vuelto un incentivo el hecho de que no haya un acuerdo de readmisión”, señalaba.
La aprobación final del acuerdo migratorio dependerá de las instituciones de la UE, ha indicado Macron, que deberán llevar a cabo el obligatorio proceso de verificación legal a un pacto bilateral que afecta a terceros países. España, Italia, Grecia, Malta y Chipre habían enviado semanas antes a la Comisión Europea una carta, adelantada por el diario Financial Times, en la que expresaban sus temores ante lo acordado entre Londres y París: “Tomamos nota, con un grado de sorpresa, de las intenciones publicadas de Francia de firmar un acuerdo bilateral de readmisión”, decía el texto, que expresaba el recelo a que los migrantes pudieran acabar finalmente devueltos a los países por los que entraron en un principio al territorio Schengen de libre circulación europea.
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
Source: elpais.com