Trump golpea a la UE con un 30% de aranceles y Von del Leyen anuncia «contramedidas»


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Mercedes Gallego

Sábado, 12 de julio 2025

Llegó la carta de Donald Trump, y no es precisamente de amor, aunque confunda su tono ambiguo. El mandatario había prometido enviarla esta semana a «

«Llevamos años debatiendo nuestra relación comercial con la Unión Europea, y hemos llegado a la conclusión de que debemos alejarnos de estos déficits comerciales persistentes, amplios y prolongados, provocados por sus aranceles, políticas no arancelarias y barreras comerciales», ha decidido.

La carta convierte en realidad la amenaza que Bruselas llevaba semanas temiendo. El gobierno estadounidense ya había impuesto desde febrero gravámenes del 50% al acero y el aluminio europeo, del 25% a los coches y una tasa universal del 10% al resto de productos del bloque. La tarifa general anunciada ahora dinamita los intentos de construir un marco de entendimiento en las claves de negociación tradicionales. «Nuestra relación ha estado, lamentablemente, lejos de ser recíproca», acusa Trump, que califica a la Unión Europea como responsable de «años de déficits comerciales insostenibles» por culpa de sus políticas arancelarias y no arancelarias.

Trump ha preferido elevar la presión para forzar la mano negociadora a sus propios términos. En su carta, acusa a la UE de haber mantenido los mercados cerrados durante demasiado tiempo y ofrece levantar los aranceles solo si se eliminan «todas sus barreras arancelarias y no arancelarias». Como solución, recuerda que no habrá gravámenes si las empresas europeas deciden fabricar dentro de EE UU y les promete que obtendrán «aprobaciones rápidas, profesionales y rutinarias». Con su estilo ambiguo cierra la puerta pero la deja entreabierta y combina amenazas y represalias para socios desleales con insinuaciones de apertura hacia quienes se sometan. Hace apenas unos días había declarado que la UE «había sido más dura que China» en las conversaciones, aunque luego matizó que «Ursula y los demás están siendo agradables».

Pese al optimismo que había cundido tras la llamada entre ambos líderes el domingo pasado, la Comisión ya había advertido que se preparaba «para todos los escenarios», incluyendo el fracaso. Bruselas tenía listos aranceles de entre el 10% y el 25% a más de 1.700 productos estadounidenses en caso de ruptura, y había ofrecido un paquete de 50.000 millones de euros en compras de gas y productos agroalimentarios para reducir el déficit comercial. Pero las diferencias seguían abiertas en cuestiones clave como la resolución de disputas, los subsidios verdes o la protección de los estándares laborales.

La ofensiva arancelaria de Trump no se limita a Europa. En los últimos días ha enviado cartas similares a Brasil, al que impuso un 50% por el «trato injusto» a su aliado Jair Bolsonaro, así como un 35% a Canadá, su segundo socio comercial. Con ello, el presidente busca internacionalizar su cruzada comercial y presentar los aranceles como parte de una estrategia para «restablecer el equilibrio», proteger la economía estadounidense y el nuevo orden mundial en el que prima la fuerza totalitaria sobre los valores democráticos.

Los aranceles mantendrán al mundo sometido políticamente a su influencia, bajo amenaza de que puede elevarlos en cualquier momento, o premiar con una rebaja si predomina la pleitesía. «Estos aranceles podrán modificarse, al alza o a la baja, dependiendo de nuestra relación con su país», termina la carta.

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