Genuino para ganar, Carlos Alcaraz también lo es para perder. Nada de caras largas, pesadumbre ni tonos agrios: simple y pura aceptación. Que los nuevos jóvenes afrontan la vida de otra manera es evidente y el murciano, como lo hacen Lamine Yamal y otros talentos emergentes, ofrece un enfoque diferente y la da la vuelta. Le duele, obvio, pero ahí queda el trimestre, dice, esa secuencia de 24 triunfos consecutivos y los 20 que ha terminado contabilizando sobre la alfombra del All England Club, donde se coronó los dos años previos y tropieza esta vez con la fantástica insurgencia de Jannik Sinner. Él no esperaba menos.
“Es brutal”, subraya. “Ha habido momentos en los que no sabía qué hacer, estaba bloqueado mentalmente porque enfrente había alguien que no ofrecía huecos. Me ha llevado al límite en cada punto. Sentía que desde el fondo de la pista no le hacía daño”, admite Alcaraz, quien pese a todo, se marcha con un buen sabor de boca. Lo dicho, la nueva juventud y otra óptica. “Estoy muy orgulloso de la gira, ha sido superpositiva. Hemos aprendido a aceptar las cosas tal y como vienen. No es que esté mal, sino contento de todo lo que he hecho”. “Así se forja un gran campeón; no cuando se gana, sino cuando se pierde. Ahí es donde más se puede aprender y mejorar. Hay que aceptar el perder”.
“No es que esté de bajón, ni mucho menos. Nada más salir de la pista ya estaba sonriendo. En la vida hay que coger las cosas positivas y ser agradecido por todo lo que estas viviendo. He perdido contra un campeón, ya hemos visto su nivel, los tiros y la movilidad que tiene”, señala; “hay muchas cosas que mejorar, pero teníamos claro que cuando ha llegado el cuarto set tenía que disfrutar; entonces he empezado a sonreír, y ahí es cuando he tenido más oportunidades de romperle el saque [dos, una menos que en el primero]. Hay que hacer las cosas de la forma que uno piensa que son correctas”.
La cartilla de rendimiento revela que, efectivamente, su productividad con los segundos servicios (51%) ha sido baja; del mismo modo, que a su considerable cifra de aces (15) le han penalizado siete dobles faltas. Si en París se pudo reenganchar y terminar volteando el escenario del partido, en esta ocasión Sinner, por encima de origen a destino, a resuelto a su favor. “Antes eran Rafa, Roger y Novak. Ahora es el momento de que nosotros implantemos nuestro tenis, de que lleguemos a las rondas finales. Estoy muy contento de estar en esta posición y de hacerlo con Jannik. Es una rivalidad muy bonita para el tenis y ojalá podamos seguir creando nuestra propia historia”, cierra.
La derrota en la final inglesa supone un paso atrás para Alcaraz en el intento por arrebatarle a Sinner el trono del circuito. El italiano domina desde junio del curso pasado y, después de 58 semanas en lo más alto, iguala el registro establecido por el estadounidense Jim Courier. Ambos son duodécimos en el escalafón histórico.
De cara a lo que se avecina, Sinner defenderá una cantidad sustanciosa de puntos. En concreto, 3.200 por el rendimiento pasado en Canadá (200), Cincinnati (1.000) y el US Open (2.000). En la carrera anual, sin embargo, Alcaraz manda con una diferencia de 1.540 puntos respecto al italiano. Cabe recordar que la race calcula la puntuación en el presente ejercicio y el ranking las 52 últimas semanas.
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Source: elpais.com