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C. P. S.
Miércoles, 16 de julio 2025, 17:30
Un equipo de investigación liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha identificado un metabolito generado por bacterias intestinales, el propionato de imidazol (ImP), que se asocia a la aterosclerosis, lo que podría facilitar el diagnóstico y abrir nuevas vías de tratamiento para esta enfermedad de las arterias que provoca problemas cardiovasculares.
El estudio, publicado en ‘Nature’, desvela que la presencia de este metabolito en sangre se relaciona con el desarrollo de aterosclerosis activa en personas aparentemente sanas. La investigadora del CNIC y primera autora del estudio, Annalaura Mastrangelo, ha detallado este descubrimiento supone una «gran ventaja» en el diagnóstico frente a las pruebas actuales, que requieren técnicas de imagen avanzada complejas y costosas que, de momento, no están cubiertas por el Sistema Nacional de Salud (SNS).
La investigación desvela también que el propionato de imidazol activa el receptor imidazolínico de tipo 1 (I1R), generando con ello un aumento de la inflamación sistémica que contribuye al desarrollo de la aterosclerosis.
Todo ello supone la apertura a una nueva puesta para tratamientos personalizados de la enfermedad. Y es que los investigadores han comprobado que el uso de bloqueantes del receptor I1R previene la inducción de aterosclerosis por ImP y reduce la progresión de aterosclerosis en modelos de ratón donde se induce la enfermedad con dieta alta en colesterol.
El Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y Banco Santander sellaron en 2010 una alianza de 22 millones de euros para avanzar en la detección precoz de los infartos, ya que, según apuntaron en aquel momento, la batalla se gana desde la prevención. Sin embargo, primero es necesario identificar al enemigo, el objetivo del proyecto presentado este miércoles.
Source: www.hoy.es