El plan de recortes presupuestarios anunciado el miércoles por el primer ministro francés, François Bayrou, para frenar la deuda nacional, ha logrado algo insólito en la Francia actual: unanimidad, pero en su rechazo. Toda la oposición, a la izquierda y la derecha del arco parlamentario, amenaza con una moción de censura en otoño y los sindicatos ya planean movilizaciones en septiembre, cuando está previsto que se vote el paquete.
La Francia Insumisa, el partido de izquierdas de Jean-Luc Mélenchon, también ha amenazado con presentar una moción de censura si el Gobierno intenta aprobar este plan de ajuste. Como el Ejecutivo no tiene mayoría en la Asamblea, tendría que sacarlo adelante por decreto, haciendo uso del artículo 49.3 de la Constitución, que permite aprobar una ley sin voto del Parlamentario. “Si ocurre, habrá una moción de censura”, ha advertido el insumiso Eric Coquerel, presidente de la comisión de finanzas en la Asamblea.
“Bayrou ha declarado la guerra social”, ha criticado Mathilde Panot, también de La Francia Insumisa. “No aceptaremos que el pueblo pague los regalos que se han hecho a los más ricos. Censuraremos esta política de la desgracia”, ha amenazado. El secretario general del Partido Socialista, Olivier Faure, ha advertido, por su parte, de que, ante el plan anunciado ayer, “la única perspectiva posible es la censura”.
Bayrou déclare la guerre sociale.
Suppression de 2 jours fériés, non remplacement d’1 fonctionnaire sur 3, déremboursement des médicaments, attaque sur l’assurance chômage, sur les arrêts maladie, privatisations.
Nous n’accepterons jamais que le peuple paie les cadeaux faits…
El proyecto presupuestario ha sido criticado hasta por el partido conservador de Los Republicanos, que cree que el paquete debe ser “corregido y mejorado”. El diputado Xavier Bertrand ha admitido que Francia necesita medidas de ajuste para reducir su deuda, pero las planteadas por Bayrou carecen “de justicia y sentido común”. “Una vez más, son las clases medias las que tendrán que hacer un mayor esfuerzo cuando son las que, con su trabajo, hacen que el país salga adelante”, ha añadido.
Las críticas más airadas llegaron del lado sindical, que amenaza con movilizaciones en otoño. Sophie Binet, secretaria general de la CGT, el sindicato mayoritario, ha calificado las medidas anunciadas de “injustas, ineficaces y peligrosas para el país”. “Como sindicalista, voy a hacer todo para tratar de evitarlo”, ha advertido. La Federación General de Funcionarios FO cree que el plan de recortes es “escandaloso”, pues “una vez más se percibe al funcionario únicamente como un gasto. Hay que ver cuál es nuestra capacidad de movilización al inicio del curso escolar”, ha señalado su secretario general, Christian Grolier.
Durante el Consejo de Ministros celebrado este miércoles, el presidente francés, Emmanuel Macron, alabó los presupuestos presentados por Bayrou, al considerar que “tienen la virtud de la valentía, la audacia y la lucidez” y tienen en cuenta “los objetivos de inversión a los que se enfrenta la nación”. Según la portavoz del Ejecutivo, Sophie Primas, el presidente reiteró durante la reunión con el Gobierno que “el motor del país es el crecimiento y, en su opinión, las medidas adoptadas están en consonancia con el crecimiento”.
“Es un giro presupuestario que debemos hacer, podemos hacerlo y lo haremos”, dijo Primas, que cree que el paquete distribuye de manera justa el impacto de la reducción del gasto y además relanza la producción. “Es ambicioso, pero también realista, creíble y justo. Ahora les toca a los parlamentarios aportar su contribución”.
El plan prevé congelar el presupuesto del año que viene, recortar 3.000 puestos públicos y la idea es no renovar uno de cada tres puestos que queden vacantes por las jubilaciones. Aunque una de las medidas más criticadas ha sido la de suprimir dos días festivos del calendario, el Lunes de Pascua y el 8 de mayo, cuando se conmemora el final de la II Guerra Mundial. “Es un ataque a nuestra historia, nuestras raíces y contra la Francia del trabajo”, ha dicho Jordan Bardella, presidente de Reagrupamiento Nacional.
Bayrou instó ayer a los franceses a “trabajar más para producir más”. En la primavera de 2023, la reforma de las pensiones de Emmanuel Macron, que retrasaba la edad de jubilación a los 64 años y obligaba a los franceses a trabajar dos años más, provocó violentas manifestaciones en la calle durante meses. La ley acabó aprobándose por decreto, con el rechazo de toda la oposición y la mayor parte del país.
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Source: elpais.com