El fiscal del ‘caso Juana Rivas’ propone un retorno del menor a su padre en privado y con ayuda profesional presente

La jueza Cristina Luis Vílchez, los abogados de Juana Rivas, los de Francesco Arcuri y el fiscal del caso se han reunido este miércoles por la mañana en una cita que ha durado alrededor de 15 minutos. El objetivo era determinar cómo hacer que el segundo intento de retorno del hijo menor de la pareja con su padre sea mucho más pacífico y menos caótico que en la primera ocasión, ocurrida este martes.

La jueza ha pedido a los profesionales que atendieron el primer intento este martes un informe que le ayude a definir el cómo y el dónde, pero todavía no ha tomado una decisión sobre la hora y el punto de entrega. Lo que es definitivo es que en esta ocasión será un acto mucho más íntimo, restringido a las personas estrictamente necesarias y en un lugar en el que no sea posible que la prensa, familiares y amigos revoloteen en el exterior de donde se haga la entrega.

La entrega del hijo menor de Juana Rivas a su padre el martes se hizo en medio de un gran revuelo: un grupo de alrededor de 12 familiares y amigos de Rivas hizo su aparición calle arriba del lugar de encuentro, con Juana echada sobre el hombro de la directora del Centro de la mujer de Maracena, llorando mientras caminaba, y sus hijos Gabriel y Daniel agarrados de la mano en el centro de la imagen.

El grupo apareció 50 o 60 metros antes de la puerta y hacia ellos se dirigieron varias decenas de periodistas a todo correr, interceptándolos a mitad de camino e interrumpiendo el tráfico. A la escena se sumaban dos decenas de personas en apoyo a Juana, abogados de una y otra parte y fuerzas de seguridad. Una situación difícilmente digerible para un niño de 11 años que tiene que dejar a su madre para irse con su padre. La entrega del menor se retrasó hasta el viernes, por lo que la escena podría volver a pasar. La jueza lo quiere evitar a toda costa y va a poner los medios para que la situación sea distinta.

En declaraciones en Onda Cero recogidas por EFE, Rego ha asegurado que se podría haber evitado la situación y la imagen generadas en relación con la entrega en el punto de encuentro del menor al padre, si se hubiera escuchado al propio Daniel, de 11 años, en la Fiscalía o en un juzgado de guardia.

“Daniel no se fue ayer porque no quiso irse, estamos hablando de un niño que tiene derecho a plantear sus temores y sus miedos, y nosotros tenemos la obligación de proteger al niño y poner el interés del menor por delante”, ha señalado la ministra.

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