Desplazarse, bailar y saltar haciendo tirabuzones en el medio de una piscina sin más sustento que una balsa humana que flota sobre un pozo de cuatro metros de profundidad al ritmo del Abracadabra, de Lady Gaga, es cosa de magos, o de locos. Siete nadadoras y un nadador español consiguieron clavarlo con encanto de comediantes y precisión de gimnastas en una coreografía que recordó al Vogue de Madona, strike the pose, y que le valió a España para obtener el bronce en la prueba de equipo acrobático en los Mundiales de natación artística que se celebran en Singapur. Fue la culminación de una participación inolvidable. Nunca en su historia el equipo de España de sincronizada había logrado nueve medallas mundiales y, mucho menos, tres oros.
A la cabeza de la revolución se sitúa Andrea Fuentes, que fue la mejor nadadora española de sincro de su época y desde el año pasado oficia de seleccionadora y líder espiritual. Junto a su marido, el gimnasta Víctor Cano, que se ocupa de diseñar las acrobacias, ha sido responsable de componer 11 coreografías para 11 pruebas que han dejado huella. La actuación de España en Singapur pasará a la posteridad por la revelación de Iris Tió como la estrella más singular de la escena y por ser la primera selección que impulsa a un hombre al podio de la natación artística por equipos. El tabú comenzó a desvanecerse cuando el reglamento, en 2022, convalidó la formación de equipos olímpicos mixtos. Andrea Fuentes lo puso en práctica en el agua situando a Dennis González en el centro de dos coreografías fabulosas para equipo y un dúo mixto. Ni China, ni Estados Unidos, ni Francia, ni mucho menos Rusia, se atrevieron con el desafío.
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Source: elpais.com