El día que la tímida, la recoleta, la singular Iris Tió, se cruzó con Andrea Fuentes, que es una punki, se produjo la fusión del átomo. “Cuando vi a Iris de pequeña dije: ‘¡wau!’ En júnior ganó medallas pero luego desapareció del mapa y me sabía tan mal… Cuando vine a España pensé que lo primero que haría sería darle alas a Iris porque realmente quiero descubrir cómo desatarlas”.
Desde que en octubre de 2024 ambas comenzaron a trabajar en el templo de la natación sincronizada del CAR de San Cugat, se produjo una reacción en cadena de consecuencias impredecibles. Esta semana impactó en las mentes de los jueces de la federación internacional, reunidos en Singapur para valorar a los participantes del campeonato mundial. Iris Tió, elegida por la organización mejor nadadora del concurso, ganó seis medallas, tres de oro. Fue el broche de la cosecha más brillante de la historia de la natación artística española, cuantitativa y cualitativamente. España se llevó nueve medallas en total —tres de oro gracias al solo libre, al dúo libre y — y dejó una huella vanguardista de proporciones revolucionarias con la inclusión en las pruebas de equipo de Dennis González.
El muchacho de Rubí, de 21 años, se convirtió en el primer hombre en la historia de la natación artística en subirse al podio de las finales por equipo en un gran torneo. Ganó dos bronces. “Dennis es mucho mejor de lo que yo creía”, confesó ayer Andrea Fuentes. “¡Me ha encantado desatar a esa bestia!”.
“Se pensaba que el chico entraría al equipo acrobático para empujar a las chicas, nadie pensó que las chicas iban a empujar al chico”, dijo Víctor Cano, que fue miembro de la selección de gimnasia y ahora se especializa en preparar las acrobacias. “Pero da la casualidad que Dennis tiene una coordinación increíble y una visión espacial que yo he visto en poca gente. ¡Ponerle a saltar fue una quedada!”
España fue bronce en las tres pruebas de equipos, siempre por detrás de China, que bajo el gobierno de Ana Tarrés obtuvo tres oros con las mejores puntuaciones de su historia y se consolida como poder hegemónico. Pero mientras que China y Rusia se disputaron lo más alto del podio de equipos desde postulados tradicionalistas y folclóricos, España hizo de la experimentación su identidad. “Las medallas por las medallas no me interesan”, proclamó Andrea Fuentes nada más llegar. Dicho y hecho. Sus nadaores se implicaron en un proyecto de búsqueda. Iris, con su gestualidad sorprendente, se transformó, a sus 22 años, en la bandera.
“Me hace mucha ilusión que Iris haya podido llegar a creer en ella porque al final lo que he conseguido es gracias a que ella abriera la mente”, dijo la entrenadora. “No he hecho nada más. No hay trucos. No ha entrenado más de la cuenta. Solo le hemos dicho que es increíble y se lo ha creído porque es verdad. ¿Que sigue siendo muy tímida? ¡Dejémosla así! Ahora es consciente de su valor. Pero lo tiene que combinar con humildad porque al fin y al cabo esto es solo natación artística. No tenemos que salvar al mundo. Pies en la tierra. Ha conseguido inspirar a mucha gente. Honro su valentía”.
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Source: elpais.com