Israel anuncia “pausas humanitarias diarias” en tres zonas de Gaza tras la alarma internacional por el hambre

El ejército de Israel informó este domingo de que realizará “pausas humanitarias” en tres zonas distintas de la franja de Gaza a partir de ahora. Estas pausas, que Israel aplicará durante 10 horas diarias “hasta nuevo aviso” en Ciudad de Gaza (la capital), Deir al Balah y Al Mawasi, buscan “incrementar la ayuda que entra en el enclave”. Es el primer gesto de Israel tras la alarma internacional desatada por las imágenes y los informes de la ONU y de organizaciones humanitarias que muestran los estragos de la desnutrición en la Franja.

Además de la pausa, los comunicados castrenses israelíes también han anunciado que habilitarán “rutas seguras designadas de forma permanente” para que la ONU y otros grupos humanitarios distribuyan en el territorio. También se conectará una planta desalinizadora de agua en Gaza a la red eléctrica israelí.

Junto a esas acciones, se han reanudado los lanzamientos de ayuda desde el aire. Israel ha realizado una operación de ese tipo la madrugada del domingo y tanto Jordania como Emiratos Árabes Unidos (EAU) se han sumado por la tarde dejando caer un total de 25 toneladas de ayuda, según Reuters. El lanzamiento de ayuda desde el aire, que no ocurría desde 2024, es objeto de críticas por parte de los expertos humanitarios, que avisan de que es poco eficaz y que en el pasado ha provocado muertes entre quienes se acercaban a recoger los alimentos.

“Cualquier pausa es un alivio y una oportunidad para que los gazatíes respiren”, valora la portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos en Gaza, Tamara Al Rifai, en declaraciones a EL PAÍS. “Esto ayudará a evitar más muertes. Pero lo que realmente se necesita es un alto el fuego, la entrada de la ayuda humanitaria cuando sea necesario y la liberación de los rehenes”, matiza.

La decisión, añade, ha estado tomada junto con Naciones Unidas, cuyos portavoces denuncian el bloqueo casi completo de sus actividades desde el 2 de marzo, cuando Israel impuso un cerco medieval sobre la Franja en medio de una tregua con Hamás que debía llevar a la paz definitiva. El ejército israelí terminó de romper ese alto el fuego el 18 de marzo, cuando lanzó una ofensiva que mató a más de 400 personas en un solo día.

Al margen de las medidas israelíes anunciadas para mejorar el acceso a la ayuda, el fuego y la sangre persisten en las zonas de reparto de la autodenominada Fundación Humanitaria de Gaza, cuyas instalaciones custodian las tropas israelíes. Distintos hospitales gazatíes, entre ellos el Hospital Al Awda, en el norte del enclave, informaron a medios de comunicación regionales de que 24 personas habían muerto y otras 50 habían resultado heridas por disparos mientras esperaban para recibir ayuda. Los tiroteos en esas zonas de reparto han causado más de 1.000 muertos desde su establecimiento a finales de mayo.

En total, las hostilidades israelíes en Gaza han provocado la muerte de 59.821 personas desde octubre de 2023, mientras que otras 133 han muerto por inanición.

“Una pausa táctica y local de la actividad militar tendrá lugar para propósitos humanitarios desde las 10 [las 9, hora peninsular española] hasta las 20, empezando hoy, domingo”, rezaba el comunicado israelí poco más de dos horas antes del hipotético inicio de la primera pausa. “La pausa empezará en áreas donde el ejército no está operando: Al Mawasi, Deir al Balah y Ciudad de Gaza, cada día hasta nuevo aviso”. Fuentes gazatíes niegan que los soldados israelíes estén fuera de esos territorios. Este sábado, aviones teledirigidos israelíes bombardearon Al Mawasi provocando víctimas mortales y hace apenas una semana, Israel lanzó su primera ofensiva terrestre sobre Deir al Balah, refugio de miles de personas en el centro de Gaza.

Además, “se implementarán rutas seguras designadas de forma permanente desde las 6 a las 23 para permitir el paso seguro de la ONU y otros grupos humanitarios que distribuyen comida y medicinas a la población de todo el enclave”, según el ejército. La creación de caminos seguros parece una respuesta a las protestas de los grupos de ayuda que operan en la Franja, que desde el inicio de la guerra reprochan al ejército israelí que las condiciones sobre el terreno, con bombardeos continuos y rutas diseñadas por zonas con presencia de bandas armadas —algunas, aliadas de Israel— ponían en riesgo la vida de los trabajadores humanitarios y el destino de la carga.

Después de denuncias por parte de grupos humanitarios por la falta de agua limpia en el enclave, las autoridades israelíes han accedido a conectar la red eléctrica israelí con una planta desalinizadora de agua en la Franja, algo que estima que aportará suministro de agua para 900.000 personas, algo menos de la mitad de la población

Canales de televisión egipcios mostraban durante las primeras horas del domingo imágenes de camiones dirigiéndose hacia la frontera de la Franja, donde Israel impide el acceso a la prensa internacional, transportando, según esas mismas informaciones, grandes cantidades de comida y harina. Hind Khoudary, periodista gazatí en Deir al Balah, narraba el domingo por la mañana para la cadena catarí Al Jazeera la sorpresa con la que la población de Gaza ha recibido la noticia sobre estas nuevas medidas israelíes.

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