La ofensiva de Israel en Gaza causa 60.000 muertos sin visos de retirada ante la escasa presión internacional

El Ministerio de Sanidad de Gaza ha informado este martes de que la cifra de víctimas mortales a causa de las hostilidades israelíes en el enclave ha superado las 60.000. Esa cantidad incluye la muerte de 18.000 niños palestinos y supone la muerte de más de 90 personas a diario durante los 662 días que han transcurrido desde el inicio de la ofensiva en octubre de 2023. El conteo de las autoridades de Hamás hace referencia al número de víctimas identificadas y registradas después de bombardeos, pero la cantidad de personas perecidas a causa del conjunto de las acciones israelíes en Gaza superaría los 100.000, según un reportaje publicado por Haaretz en el que se citan expertos en la materia.

La trágica actualización del número de fallecidos en la Franja llega en un momento en el que el ejército israelí controla casi todo el enclave y en el que el Gobierno de Benjamín Netanyahu reconoce abiertamente que no piensa retirar sus tropas del lugar. Algunos expertos señalan el riesgo de que los soldados israelíes se empantanen en Gaza y perpetúen sus crímenes sobre la población civil ante la ausencia de medidas de presión eficaces de la comunidad internacional sobre Israel.

El último recuento del Ministerio de Sanidad gazatí incluye más de 100 nuevas víctimas en 24 horas. El ejército israelí persiste en su ofensiva a pesar de estar ofreciendo lo que llama “pausas humanitarias” y “rutas seguras” para mejorar el flujo de la ayuda. Esto ocurre mientras las muertes por inanición suceden a diario en el enclave, donde grupos médicos y humanitarios advierten que la Franja está a las puertas de registrar víctimas a gran escala por falta de comida.

Precisamente, la Clasificación Integrada de las Fases (CIF, en español), un sistema sobre crisis alimentarias respaldado por la ONU, denunció este martes en un comunicado que “la inanición generalizada, la malnutrición y las enfermedades” en el enclave están provocando un “aumento de las muertes relacionadas con el hambre”. Aunque la falta de análisis sobre el terreno impide al CIF declarar una hambruna, el organismo afirmó que “deben tomarse medidas inmediatas” para terminar con las hostilidades, permitir una respuesta humanitaria “sin trabas” y así poder “salvar vidas”.

Haizam Amirah Fernández, director ejecutivo del Centro de Estudios Árabes Contemporáneos (CEARC), afirma que “quienes pueden cambiar el comportamiento del Gobierno israelí” no han tomado por ahora “ninguna” medida con capacidad para lograrlo. Según el responsable de este organismo, la comunidad internacional no está aplicando sobre Israel las medidas que utilizaría contra cualquier otro Estado que cometiera “graves crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra” y posiblemente un genocidio. Con ello, advierte Amirah Fernández, “las potencias occidentales le están diciendo a Israel que es un Estado anormal”.

“Además, desde una perspectiva de formulación de políticas, siempre es más fácil perpetuar el status quo, aunque haga más mal que bien, que asumir un gran riesgo y retirarse”, añade Pinfold. Con esto, el profesor se refiere a situaciones ocurridas en países como Afganistán o Irak, en otros territorios ocupados por Israel —como Líbano o Cisjordania— y en Gaza, donde, asegura, “el ejército no tiene propósitos claros”. “El Gobierno israelí ha proclamado que quiere la victoria total sobre Hamás, pero nadie sabe qué aspecto tiene esa victoria ni cómo se consigue”, prosigue el investigador del King’s College. Eso deja los comandantes del ejército en una posición difícil, puesto que persiguen fines “imprecisos” y sin medios “claros” para alcanzarlos.

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