Keir Starmer ha decidido sumarse a la creciente presión sobre Israel, incrementada por la insoportable hambruna que sufre Gaza, y ha anunciado este martes su intención de que el Reino Unido reconozca también el Estado palestino. El primer ministro británico ha intentado en todo momento mantener un complicado equilibrio en este asunto tan espinoso, y esta vez no ha sido diferente. Starmer no ha presentado como hecho ya indiscutible ese futuro reconocimiento de Palestina, sino que abre la puerta, con una serie de condiciones, a que el Gobierno de Benjamín Netanyahu pueda revertir esa decisión.
La decisión de Starmer, aunque muy relevante por tratarse del Reino Unido (la nación que prometió un hogar nacional judío en Palestina bajo su mandato), carece de la certidumbre de la adoptada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, o por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. En ambos casos, el reconocimiento de Palestina se anunció como un hecho ya irreversible.
El primer ministro israelí ha respondido horas más tarde al anuncio de Starmer, de quien ha dicho que recompensa “el monstruoso terrorismo de Hamás y castiga a sus víctimas”. Y ha añadido: “Un Estado yihadista en la frontera de Israel hoy amenazará a Gran Bretaña mañana”.
“La posición histórica de este Gobierno ha sido que el reconocimiento del Estado de Palestina era un derecho inalienable del pueblo palestino, y que reconoceríamos al Estado palestino como parte de un proceso de paz que condujera a la solución de los dos Estados”, ha dicho el jefe del Ejecutivo británico. “Por la intolerable y creciente situación en Gaza, y la perspectiva cada vez más alejada de una solución de dos Estados, es el momento de impulsar esta posición”, ha añadido.
La situación de hambruna padecida por los habitantes de la Franja de Gaza ha sido un aldabonazo en la opinión pública, hasta el punto de que la presión sobre Starmer resultada insoslayable. Por eso el primer ministro tomó la decisión de reunir con urgencia a sus ministros, a pesar del receso vacacional del verano.
Entre los miembros de su Gobierno son muchos los pesos pesados que peleaban en los últimos meses por tomar una decisión como la adoptada este martes. Entre ellos, la vice primera ministra, Angela Rayner; la ministra del Interior, Yvette Cooper, la ministra de Justicia, Shabana Mahmood, el ministro de Energía, Ed Miliband; la de Cultura, Lisa Nandy o el de Sanidad, Wes Streeting.
El ministro, sin embargo, calmados los aplausos, ha intentado definir los detalles de las condiciones impuestas a Israel para que pueda evitar un reconocimiento, el del Estado palestino, que muchos ven ya como inevitable. El paso dado por Macron ha dejado sin muchas alternativas al primer ministro británico.
“Sinceramente, confío en ver una mejora dramática que frene el sufrimiento, un compromiso de alto el fuego y con un proceso diplomático. Y que nada de esto sea una pausa, sino una paz duradera. Será el mes que viene cuando comprobemos si se cumple todo esto”, ha señalado Lammy.
Partidos en la oposición británica, como los liberaldemócratas, daban la bienvenida a la decisión de Starmer, pero le reprochaban que un paso tan relevante se usara como “moneda negociadora”: “El primer ministro debe comenzar a ejercer presión sobre Israel desde ahora mismo, con un embargo total de las ventas de armas y con la aplicación de sanciones sobre miembros del Gobierno de Netanyahu”, ha reclamado el líder de la formación, Ed Davey.
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Source: elpais.com