La investigación judicial contra los jesuitas de Bolivia revela el patrón de encubrimiento de los casos de pederastia

EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: [email protected]. Si es un caso en América Latina, la dirección es: [email protected].

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La investigación judicial contra dos altos cargos de la Compañía de Jesús en Bolivia por encubrir al pederasta español Alfonso Pedrajas ha destapado hasta una docena de casos, ocho inéditos, de abusos sexuales a menores cometidos por religiosos y que la jerarquía de los jesuitas ha ocultado desde los años ochenta.

El legajo que requisaron los agentes, y al que ha accedido EL PAÍS, tiene más de 4.000 folios con documentación que muestra cómo la Compañía tenía conocimiento desde hace décadas de algunos de los casos de pederastia que este periódico ha destapado. Además, hay documentos que muestran cómo se despachaban internamente los asuntos que afectaban a la imagen y reputación de la Iglesia, como las relaciones sexuales de varios jesuitas con mujeres adultas, de embarazos no deseados y de los problemas de alcoholismo de algunos miembros. Sobre algunos de estos episodios hay cartas en las que los altos mandos de la orden en Bolivia describen sus movimientos al general de la Compañía de Jesús en Roma Peter Hans Kolvenbach, que ocupó el cargo desde 1983 a 2008, y le piden consejo.

Este es el único procedimiento que sigue adelante después de que hace dos año estallara en Bolivia el escándalo de pederastia clerical. Todo comenzó tras la publicación de este periódico del reportaje sobre el diario del cura español Alfonso Pedrajas, fallecido en 2009, donde admitía haber abusado de al menos 85 niños en el colegio Juan XXIII de Cochabamba y cómo sus superiores lo protegieron, especialmente los dos que se sientan ahora en el banquillo.

Los agentes han encontrado un cruce de mails en el que un antiguo alumno de Pedrajas denunciaba en 2009 a un superior de la orden que este abusó de menores y urge a que se investigue. “Ojalá puedan hacer algo para remediar esta mancha en la Compañía y pedir una disculpa pública”, aparece en el correo electrónico. Pero no pasó nada. Por entonces Recolons era un alto cargo en Roma y Alaix estaba cerrando su etapa como provincial.

El resto de nombres que aparecen son F. Q., acusado de abusar de un monaguillo en Potosí, J. V., acusado de violar a una mujer durante 32 años (desde que era menor de edad) y los jesuitas V. T., M. G., H. A. y E. V. por abusar de novicios.

Además de estos casos inéditos, en los últimos años han salido a la luz otras historias destapadas por EL PAÍS en el que otros jesuitas de origen español acusados de pederastia fueron protegidos por la jerarquía eclesial boliviana, y en ocasiones también por la española y desde Roma. De ellos también hay referencias en los documentos encontrados por la policía. Entre ellos destaca el de Luis Tó, en el que Recolons gestionó su traslado desde Cataluña para tapar el escándalo que se originó después de que la Audiencia de Barcelona lo condenara a dos años de cárcel por abusar de una niña.

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