Miércoles, 13 de agosto 2025, 09:08
La inflación volvió a acelerar en julio hasta el 2,7% -cuatro décimas más que en junio- y encadena dos meses consecutivos al alza, según confirmó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su dato revisado del IPC. España no tenía una tasa de precios tan elevada desde febrero. El encarecimiento de la electricidad -frente a la bajada al 7,4% de julio de 2024-y, en menor medida, los alimentos son los factores que se encuentran detrás de este repunte. Prueba de ello es que la tasa subyacente, que no no tiene en cuenta la energía y los alimentos frescos, se situó en el 2,3%, frente al 2,2% del mes previo.
La factura de la luz acumula en lo que va de año incrementos elevados. En enero el alza interanual fue del 20,5% y en febrero, del 28,1%. A partir de entonces el tren de borrascas en primavera dio un respiro a los precios -bajó al 12,8% en marzo, al 10,6% en abril y se mantuvo en el entorno del 9% en los meses de mayo y junio para dispararse en julio al 17,3%.
La electricidad está impulsando hacia arriba los precios desde hace meses. En concreto, desde el gran apagón de finales de abril. El modo «reforzado» con el que está operando Red Eléctrica -inyectando más gas y menos renovables en el sistema para evitar nuevos cortes-y el aumento de la demanda de electricidad que caracteriza a la época veraniega por la llegada masiva de turistas y las olas de calor que aumentan el uso del aire acondicionado.
El transporte también aumentó un punto su tasa anual hasta el 0,2%, por el aumento de los precios de los carburantes y lubricantes para vehículos personales, que forzó la subida del transporte combinado de pasajeros y del transporte aéreo de pasajeros en un mes marcado por la movilidad durante el periodo vacacional.
Los alimentos también han contribuido al incremento del IPC desde principios de año. La eliminación de la rebaja del IVA que dejó de aplicarse en enero, las tensiones comerciales y el incremento de los costes energéticos también han influido en el precio de la cesta de la compra donde los productos frescos presentan tasas de inflación muy superiores al 2%.
Los alimentos no procesados fueron un 7,2% más caros que en julio del año pasado y los alimentos elaborados subieron un 1,3% interanual, el nivel más alto en seis meses. Productos como el chocolate, el café, los huevos y la carne de vacuno son los productos que presentan las tasas más elevadas en julio, con repuntes entre el 15% y el 22% respecto al mismo mes del año pasado. Y el precio de alimentos básicos como las frutas, legumbres y pescados también aumentaron entre un 6% y un 8%.
En sentido contrario, el precio del aceite de oliva se ha reducido y acumula ya un descenso del 50% desde el pico alcanzado en abril de 2024, en línea con los precios en origen que ya se sitúan al nivel de los de 2022, previo al último periodo de sequía.
España se aleja del entorno seguro del 2% recomendado por el Banco Central Europeo (BCE) y se mantiene lejos del mínimo de septiembre de 2024 (1,5%). Y es que el proceso de desinflación podría verse dificultado por el encarecimiento de las importaciones y los ajustes en las cadenas de suministro, sobre todo si la fragmentación comercial continúa escalando.
El Ministerio de Economía, no obstante, recalca que esta evolución de la inflación «es compatible con un fuerte dinamismo de la economía española, que se mantiene como motor de crecimiento entre los principales países europeos». Y recalca: «Esta estabilidad de los precios, el récord en creación de puestos de trabajo y las subidas de los salarios están permitiendo a las familias recuperar de forma progresiva su poder adquisitivo».
Source: www.hoy.es