Con buena parte del continente bajo una persistente ola de calor, Europa se abrasa. Desde los picos del Mont Blanc en Francia hasta las laderas quemadas del Vesubio, al sur de Italia, las temperaturas extremas están causando muertes por golpe de calor, como la de un trabajador agrícola este martes en Lleida y están cebando incendios en España, Portugal, los Balcanes y Turquía. Tampoco se libran países del norte como Alemania, poco acostumbrados a previsiones de 38 y 39 grados para los próximos días, ni el Reino Unido, donde van por la cuarta ola de calor del verano.
Las imágenes de calles vacías en las grandes ciudades europeas solo recorridas por esforzados turistas en busca de alivio, como en Roma, se mezclan con las de las llamas en España en los bosques o a las puertas de poblaciones como Tarifa y Tres Cantos, al lado de Madrid.
A continuación, un repaso a la situación en el resto de Europa por países:
Con el calor aumenta también el riesgo de tormentas, en algunos casos intensas, con posibilidad de lluvias torrenciales en algunas regiones, como es el caso de Baviera, donde el DWD alertó de que se esperan tormentas con granizo y ráfagas huracanadas debido a temperaturas que pueden subir hasta los 39 grados en este estado federado.
En Berlín, donde las temperaturas llegarán hasta los 35 grados, un grupo de manifestantes aprovechó la nueva ola de calor para volver a solicitar este martes que se levante la prohibición de bañarse en el río Spree, que atraviesa el centro de la ciudad, y que está vigente desde hace 100 años.
En Roma, donde los veranos suelen ser tórridos, en agosto no hay tantos turistas como en otras épocas. Estos días se aprecian más colas de visitantes en torno a las fuentes y a los distribuidores de agua instalados por el ayuntamiento que en la entrada de los grandes monumentos. “Por la calle voy fijándome en las fuentes, si no veo una cerca, me pongo nerviosa, hoy hemos tenido que parar varias veces para refrescarnos, si no sería imposible seguir”, dice Simona Mayer, una turista argentina que está de viaje por Italia con su grupo de amigas, mientras se refresca el cuello en un pequeño manantial en los alrededores del Vaticano. “Ayer se nos derritió la suela del zapato caminando”, dice Estela López mientras muestra el calzado deteriorado. “Necesito un gelato”, apremia su hermana Laura. “¡Qué afa [bochorno]!”, es la frase que más repiten los pocos romanos que hay por la calle estos días. La elevada humedad hace que la sensación térmica sea algunos grados superior.
Debido a las altas temperaturas, la audiencia general que el Papa celebra los miércoles en la plaza de San Pedro se hará esta semana dentro del Aula Pablo VI en el Vaticano.
Como consecuencia, hay ya efectos ambientales y agrícolas severos, con cosechas seriamente afectadas, ríos con caudales tan bajos que están afectando a la fauna y un notable riesgo de incendios. Además, en gran parte del país se han impuesto restricciones como la prohibición del uso de mangueras.
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Source: elpais.com