Los líderes de los grandes países europeos, menos Sánchez, discuten con Trump el futuro de Ucrania

No ha habido foto de familia en la reunión que este miércoles varios líderes europeos han mantenido con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de cara a la cita del viernes en Alaska, en la que el estadounidense se verá con el ruso Vladímir Putin. No la ha habido porque la reunión ha sido por videoconferencia. Pero de haber contado con una, en ella no habría salido el presidente del Gobierno español. Pedro Sánchez no ha participado en el encuentro virtual que varios líderes europeos, coordinados por Alemania, y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, han mantenido con Trump.

Antes del encuentro, fuentes de Moncloa apuntaron que España “se siente representada” por los presidentes del Consejo, António Costa, y la de la Comisión, Ursula von der Leyen, en la cita con Trump tras el comunicado que los líderes de la UE emitieron el martes fijando la posición. Sánchez sí ha participado este miércoles por la tarde en la reunión virtual de líderes de la llamada coalición de voluntarios para ayudar a Ucrania. Este es un grupo de países que se puso en marcha en febrero pasado para dar soporte al país invadido y estudiar las garantías de seguridad necesarias para asegurar que Rusia no vuelve a agredirle tras un hipotético fin de la guerra.

Todos estos mandatarios, menos Costa, ya habían firmado un comunicado el pasado domingo en el que reclamaban a Trump que no aceptara la modificación de las fronteras de Ucrania “por la fuerza” ni como moneda de cambio para un alto el fuego en la reunión con Putin del viernes. Estos países participaron el fin de semana pasado en el Reino Unido en una reunión de consejeros de seguridad y responsables de Defensa, en la que estuvo presente el vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, y el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio.

Después, Merz puso en marcha a la diplomacia alemana para organizar la cita de este miércoles con Trump y los países invitados a ese encuentro han sido los mismos.

España no ha estado en ese grupo. Sí que puede considerarse uno de los grandes Estados de la UE, pero no lo es fuera de ella. No forma parte del G-7, ni del G-20, aunque acuda a este último foro como invitada. Y las relaciones de Sánchez con Trump son, cuánto menos, mejorables. El español fue el único que se desmarcó públicamente cuando el mandatario republicano forzó el compromiso de aumentar el gasto en defensa entre los países aliados al 5% del PIB en la última cumbre de La Haya, el pasado junio. “España es un problema, la OTAN está teniendo un problema con ellos, y eso es muy injusto para el resto de los socios”, disparó Trump aquellos días.

No obstante, la ausencia de Sánchez no es tan llamativa si se tiene en cuenta que tampoco han hablado con Trump este miércoles líderes como la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, pese a que su país preside el Consejo de la UE durante este segundo semestre de 2025. Además, Copenhague ha sido uno de los países más duros con Rusia y de los que más han ayudado a Ucrania en la contienda. Fue, de hecho, quien entregó cazas militares Kiev.

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.