Una noticia se encaramó a las portadas de los periódicos y los telediarios hace justo un año: (antes viruela del mono) como emergencia sanitaria internacional. Meses después, incumplido el temor de una rápida propagación al resto del mundo y una muy elevada letalidad, quedó en el olvido de occidente. Adrián H. Aginagalde, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria, lo resume así: “La situación es la misma, pero ya no hay pánico”.
Lo que sucedía hace un año es que una nueva variante (el clado IB) parecía propagarse con más rapidez y letalidad que su predecesora en República Democrática del Congo (RDC), y estaba llegando a otros países vecinos. La OMS decidió declarar por por una situación “muy preocupante”, en palabras de su director general, Tedros Adhanom Gebreyesus. “Una respuesta internacional coordinada es esencial para detener estos brotes y salvar vidas”, dijo entonces.
En el primer semestre del año se contabilizaron más de 32.000 nuevas infecciones, casi la mitad de ellas en RDC, según el último informe de situación de la OMS, del 31 de julio. “Todos los clados del virus de la mpox siguen circulando en varios países, con riesgo de transmisión comunitaria sostenida si no se interrumpe rápidamente la cadena de contagios. Aunque la tendencia general en el continente es descendente gracias a la reducción de casos en Sierra Leona y RDC, Uganda mantiene una transmisión comunitaria importante (tercer país con más casos confirmados), con un 48% de las muertes en personas con VIH”, reza el informe.
Aginagalde cree que la declaración de emergencia fue adecuada, pero que en este año la OMS ha demostrado su escasa capacidad ejecutiva. “Como mucho ha habido coordinación, en línea con la respuesta tradicional antes de la covid para utilizar recursos, vacunas, adaptarlas a las necesidades. Pero la OMS necesita más recursos para ello, es una organización internacional de salud pública muy débil. Se solía decir que tenía dinero, y no leyes. Pero ahora [Estados Unidos ha retirado su financiación este año], ninguna de las dos cosas”, señala.
A Toledo le preocupa que el virus haya podido pasar de un ciclo básicamente silvestre, con pequeñas intrusiones en personas, a uno más humano que lo convierta en endémico. “Las zonas en conflicto tienen más difícil controlar [el virus], pero también es más complicado que salga. Por eso se transmite sobre todo en zonas fronterizas. Y los casos importados, que vienen dándose desde hace tiempo, son más aislados y fáciles de controlar”, señala.
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Source: elpais.com