Galushchenko atendió a EL PAÍS durante la presentación en Kiev del programa del Gobierno ucranio, liderado desde el pasado julio por la nueva primera ministra, Yulia Sviridenko. El titular de Justicia, antiguo ministro de Energía, detalla que la modificación de las fronteras ucranias requiere dos debates parlamentarios, el voto favorable de una mayoría legislativa cualificada (dos tercios de la Cámara) y, finalmente, una resolución vinculante del Tribunal Constitucional.
Goncharenko añade en conversación con este diario otro escollo que ha provocado el propio Trump. El portavoz de Solidaridad Europea no menciona al mandatario republicano, de hecho, se muestra conciliador con él, pero subraya que la Constitución no puede modificarse mientras esté en vigor la ley marcial. Y ha sido Trump quien, tras la cumbre del pasado viernes en Alaska con Putin, aceptó la condición rusa de que la paz debe negociarse durante la guerra y no con un alto el fuego previo. Es decir, que la ley marcial continuará vigente durante las negociaciones y Ucrania no podría asumir una hipotética reforma constitucional.
Serhii Marchenko, ministro de Finanzas, ha revelado durante la presentación que los planes del Ejecutivo se han diseñado con la previsión de que la guerra continúe durante 2026. Es decir, el Gobierno no contempla como probable que las negociaciones de paz sean fructíferas este año. Los presupuestos del Estado requerirán este 2025 y 2026 más de 38.500 millones de euros en ayuda financiera por parte de la Unión Europea y de Estados Unidos, ha precisado Marchenko. EE UU no ha hecho pública transferencia de asistencia económica directa a Kiev durante los siete meses de Trump en la Casa Blanca.
Trump repitió el pasado viernes que su Gobierno dejará de dar ayuda a Ucrania “en miles de millones, como si fueran golosinas, que es lo que hizo Joe Biden [su predecesor en la presidencia]”. El mandatario estadounidense reiteró que EE UU ha dado 300.000 millones de dólares en asistencia a Ucrania, una cifra que según Kiev es falsa y que se acercaría en realidad a la mitad. Toda esas cantidades son aportaciones acordadas durante la era Biden.
Marchenko y fuentes del Ministerio de Economía han confirmado a este diario de que no hay ningún plan de acción especial gubernamental que prevea ni en 2025 ni en 2026 la congelación del frente de guerra, que es el objetivo inmediato de Zelenski. “Es demasiado pronto para saber qué sucederá, ni qué territorios podremos controlar”, afirma Marchenko.
Pese a ello, Sibiga se ha mostrado optimista en que la cita de este lunes en Washington de los líderes europeos con Trump, y una potencial cumbre entre el líder estadounidense, Putin y Zelenski, “acerquen la paz para que sea posible este 2025”: “Estamos en un momento decisivo en las negociaciones para ver la paz en 2025. Estamos realizando progresos gracias al esfuerzo de Europa y de EE UU”.
El jefe de la diplomacia ucrania ha asegurado que “Ucrania y sus aliados hablan con una sola voz, como se demuestra hoy [lunes] en Washington”. Sibiga no ha dejado claro si entre los aliados con “una sola voz” se encuentra también EE UU.
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Source: elpais.com