Francia investiga la muerte en directo del ‘streamer’ JP tras ser maltratado durante días en redes sociales

La muerte del streamer Raphaël Graven, alias Jean Pormanove, durante un vídeo en directo difundido en la plataforma Kick en el que, durante días, se filma siendo maltratado por otros dos participantes, ha estremecido Francia. Por la violencia de los actos y por el hecho de que se difundiera en directo en redes sociales, escapando a cualquier tipo de censura. El caso aviva el debate sobre la falta de regulación en los contenidos en algunas plataformas.

Ocurrió este lunes por la noche en Contes, cerca de Niza, en el local donde se filmó el directo. Pormanove, de 46 años, estaba presente en varias plataformas, entre ellas Tiktok, en la que tenía con 582.000 abonados, y era conocido por filmarse sufriendo humillaciones por parte de otros dos influencers. Hacían de esto un espectáculo: él en el papel de víctima, los otros en la de agresores.

El vídeo de su muerte fue un directo que duró varios días: en total 289 horas. Murió mientras dormía. “¿JP?”, le pregunta en varias ocasiones uno de los participantes. Le lleva una botella de agua. Cuando se da cuenta de que no reacciona apaga la cámara. En las imágenes previas, se ve como este y otro hombre le asestan golpes y le insultan.

La Fiscalía de Niza ha abierto una investigación para esclarecer las causas de la muerte y la responsabilidad de cada uno de los participantes, y se le hará una autopsia mañana para averiguar si falleció como consecuencia de los golpes o por otras causas. La policía ha requisado además todo el material informático hallado en el local. Los vídeos muestran escenas de y han sido calificados por la ministra delegada de Asuntos Digitales, Clara Chappaz, de “horror absoluto”. “Jean Pormanove ha sido humillado y maltratado durante meses en la plataforma Kick”, ha señalado en X.

Sin embargo, el medio Mediapart había revelado ya el año pasado la actividad de estos dos individuos, y la permisividad de la plataforma Kick. La Fiscalía de Niza abrió una investigación, que está en curso. Se les implica por varios delitos: provocación pública al odio y la violencia a través un medio de comunicación digital, violencia voluntaria en reunión sobre personas vulnerables y registro y difusión de imágenes relativas a la comisión de infracciones. Ambos habían sido interrogados el pasado mes de enero.

La muerte de Pormanove ha provocado numerosas reacciones en las redes sociales y abre cuestiones sobre la falta de controles en algunas plataformas digitales y dónde están los límites. En este caso, la que está bajo sospecha es Kick, espacio de vídeos en streaming que fue creado en 2022 y que compite con Twitch, aunque con reglas más laxas.

Chappaz ha advertido de que “la responsabilidad de las plataformas sobre la difusión de contenidos ilícitos no es una opción. Es la ley. Este tipo de fallos pueden conducir a lo peor y no tienen cabida en Francia ni en Europa ni el ningún otro lugar”, advirtió. La plataforma Kick está registrada en Australia.

La autoridad encargada de regular el ámbito audiovisual y digital (Arcom) también investiga este punto y se ha tramitado una denuncia en la plataforma pública Pharos, donde se alerta de los contenidos ilegales que circulan en internet. El abogado de uno de los implicados, Naruto, ha señalado que su cliente “no tiene ninguna responsabilidad en esta muerte” y, curiosamente, dice que va a presentar una denuncia por “la campaña de ciberacoso” que dice sufrir en las redes sociales tras estos hechos.

Documentaba en su denuncia “la puesta en escena de personas vulnerables en el centro vídeos de carácter humillante, que mezclan burlas, violencias y actos físicos, como golpes o descargas eléctricas, con el objetivo de difundir sus reacciones, populares entre un público particularmente virulento”.

Arcom ha solicitado a la oficina de cibercriminalidad que revise si el streamer había pedido alguna vez la retirada de los contenidos en esta plataforma. También está en contacto con el supervisor digital alemán, que el pasado mes de enero pidió a Kick.com que designara un representante legal ante las autoridades europeas, tal y como exige el reglamento de servicios digitales.

Uno de los aspectos más inquietantes de este asunto es cómo es posible que este tipo de plataformas de contenido violento tengan tantos seguidores. El streamer fallecido tenía 670.000 en Twitch y más de 580.000 en Tiktok. Una ‘comunidad’ que seguía esos vídeos en los que se hacía humillar y por los que a veces incluso pagaban.

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