Bruselas retrasa la apertura de Mercosur, su próximo gran frente comercial

Pasado el trago del controvertido pacto arancelario sellado con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la Comisión Europea no se decide a abrir el siguiente frente comercial de envergadura que tiene pendiente: la ratificación del acuerdo de libre comercio con Mercosur. Han pasado más de ocho meses desde que su presidenta, Ursula von der Leyen, viajara a Montevideo para firmar el pacto político con los presidentes de los cuatro Estados que integran el bloque (Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil), pero los textos legales para que empiece el proceso de ratificación no llegan. El pacto, presentado como “una necesidad política” por Von der Leyen, constituye un paso clave en la estrategia que el Ejecutivo europeo ha diseñado para amortiguar el impacto de los aranceles impuestos por Estados Unidos.

“Creemos en un mundo de colaboración. España y Uruguay apoyan el acuerdo con Mercosur, vamos a crear un área de libre comercio con 700 millones de habitantes”, argumentó abiertamente el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en su reciente visita a Montevideo. “Es la mejor manera de protegernos del conflicto comercial”, añadió, cuando todavía estaba abierta la guerra arancelaria con Washington.

No solo está la dimensión económica del acuerdo; también está la geopolítica. La UE apuesta por el multilateralismo y el mundo basado en reglas. Es un camino distinto al que ha emprendido Estados Unidos, asentado en relaciones bilaterales en las que el más fuerte impone sus intereses a los del resto. Llegar a pactos con Brasil (el gran país de Mercosur) o Indonesia, e intensificar las relaciones con Canadá, Japón o Corea del Sur forma parte del plan para reducir la dependencia del gran aliado tradicional tanto en el campo comercial como en el diplomático.

También Países Bajos puede jugar un papel importante. Antes del pacto de diciembre, su Parlamento se posicionó en contra, pese a que Holanda es un país tradicionalmente partidario del libre comercio. No obstante, es difícil predecir la posición final de La Haya porque hay elecciones parlamentarias a finales de octubre y la situación política es de enorme inestabilidad.

El grupo popular es, sin duda, el que tiene más partidarios, como esgrime el eurodiputado sueco Jörgen Warborn, portavoz conservador de la materia. Subraya que Mercosur “es necesario” y vuelve a poner sobre la mesa el argumento geopolítico, no solo el comercial.

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