Un Eurobasket de grandes estrellas y grandes equipos

Tres gigantes y dos equipazos. El Eurobasket que este miércoles sube el telón reúne a tres de las mayores estrellas del baloncesto mundial como son el serbio Nikoka Jokic, el esloveno Luka Doncic y el griego Giannis Antetokounmpo, tres colosos que lideran a sus selecciones en busca del oro que defiende España y al que también aspiran con fuerza dos equipos de granito como Alemania, campeona del mundo, y Francia, subcampeona olímpica.

Todas las quinielas apuntan a Serbia, el conjunto que luce a quien muchos señalan como el mejor jugador del mundo, Jokic, y que escolta a su rey con otras piezas de muy alto nivel. Eslovenia se cuelga descaradamente de Doncic, Grecia respira a través de Anteto y Alemania y Francia son dos grupos forrados de músculo. Ante esa constelación aparece agazapada España, lejos de los favoritos, décima en el ranking de pronósticos de la FIBA y con un mísero 3% de opciones de reeditar el título según una encuesta en la web del torneo, por el 38% de Serbia, el 10% de Alemania y el 5% de Francia. “Nos lo tomamos con un meme, nos hace gracia”, resumió el escolta español Darío Brizuela.

Cuatro sedes acogen una primera fase de cuatro grupos de seis equipos cada uno: Riga (Letonia), Tampere (Finlandia), Limasol (Chipre, el país más pequeño en celebrar nunca un Eurobasket) y Katowice (Polonia). Los cuatro mejores de cada grupo avanzan a la fase final a partir de octavos (A contra B y C contra D son los cruces) desde el 6 septiembre en Riga, la sede que coronará al campeón el domingo 14. España se batirá en la primera ronda con Georgia (jueves 28 a las 14.00), Bosnia (día 30 a las 20.30), Chipre (31 a las 17.15), Italia (2 de septiembre a las 20.30) y Grecia (día 4 a las 20.30). El primer rival, Georgia, sigue pendiente del corazón de Shengelia tras sufrir una arritmia.

La NBA deja su huella en el Eurobasket con 28 representantes repartidos en 18 de los 24 equipos participantes. Además del big three se alinean estrellas como Valanciunas, Markkanen, Schröder, Wagner, Yabusele, Risacher… Por encima de todas se levanta Jokic, el centro de gravedad del torneo. “El Joker es capaz de hacerlo todo, es el mejor del mundo”, se rinde el capitán español, Willy Hernangómez.

A los 30 años, y después de ser campeón de la NBA y MVP de las finales en 2023, el pívot se ha conjurado para otorgar a Serbia, bronce olímpico en París, el oro que persigue esta gran generación. Jokic, que renunció por descanso a jugar el Mundial de aquel año tras conquistar el anillo con los Denver Nuggets, comanda a otros tres nba como Bogdanovic (Clippers), Jovic (Heat) y Vukcevic (Wizards) y al genial Vasilije Micic, que ha regresado de la Liga estadounidense para enrolarse en el Hapoel Tel Aviv. El veterano técnico Svetislav Pesic, de 75 años, afina una orquesta que asusta después de ganar los siete partidos de preparación, entre ellos una tunda a Eslovenia en Belgrado por 106-72.

Ese acompañamiento de Jokic es el que echa de menos Doncic en una selección huérfana de otros grandes referentes sin los hermanos Dragic. Después de una renovación millonaria con los Lakers, la estrella eslovena ha redoblado otra vez su compromiso nacional. Y con una cuenta pendiente. En su último partido en un Eurobasket cayó en los cuartos frente a Polonia en 2022 y terminó lesionado y eliminado por faltas. “He dejado caer a mi equipo y a mi país”, se fustigó entonces tras dejar su cuenta en 14 puntos. Ahora regresa en una versión mejorada físicamente aunque demasiado solo ante el peligro. Algo más de forraje le ofrece Grecia a Antetokounmpo. Quizá sea el último baile europeo de Papanikolaou y Sloukas.

La selección alemana aspira al doblete que supondría heredar el trono continental de España. El equipo de Sergio Scariolo ya partió en la sombra en 2022 y ahora vuelve de tapado. Y añade un factor emotivo, la despedida del técnico italiano antes de tomar las riendas del Madrid. Se va el rey de oros y quiere hacerlo fiel a una identidad. Frente a la temible Serbia de Jokic, la varita mágica de Doncic, la fuerza desbordante de Anteto y los acorazados de Alemania y Francia, España apela a la fiebre competitiva que le ha permitido ganar 10 medallas europeas desde 1999, siempre al menos en las semifinales. Una era inolvidable.

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