Putin desafía a Occidente al agradecer a China y la India sus “esfuerzos” para la paz en Ucrania

En la ciudad portuaria, situada al sureste de Pekín y que acoge estos días una cumbre en la que se configura un nuevo eje de poder frente a Estados Unidos, el mandatario ruso ha puesto en valor los “esfuerzos” y las “propuestas” de China y de la India encaminados a “facilitar la resolución de la crisis ucrania”. “Este conflicto no surgió como resultado de un ‘ataque de Rusia contra Ucrania’, sino como consecuencia de un golpe de Estado en Ucrania instigado por Occidente en 2014”, recoge la agencia estatal rusa Tass. El Kremlin invadió el país vecino en febrero de 2022, iniciando así una guerra que tres años y medio después sigue teniendo un final incierto.

El líder ruso también ha indicado que el entendimiento alcanzado en la reunión que mantuvo el mes pasado en Alaska con el presidente estadounidense, Donald Trump, “abre un camino” hacia una posible paz. No obstante, Putin ha insistido en que las “continuas tentativas de Occidente” de arrastrar a Kiev hacia la OTAN constituyen “una de las principales causas del conflicto”, cita Tass, ya que “representa una amenaza directa para la seguridad de Rusia”.

El país más poblado del mundo soporta desde hace días el mayor arancel de EE UU a cualquier nación, solo igualado por el que impone a Brasil, con la justificación de que compra grandes volúmenes de petróleo ruso.

Los líderes de los diez Estados miembros de la OCS han zanjado el encuentro con la firma, este lunes, de una declaración final que contiene menciones a Gaza pero no a Ucrania, en el que se pide adaptar la ONU a las realidades políticas y económicas actuales, se condenan las sanciones unilaterales y se abre la puerta a la creación de un banco de desarrollo propio, entre otras propuestas regionales. Un amplio grupo de líderes del Sur Global, en fin, enarbolando la bandera del multilateralismo.

Aunque Putin sí se ha referido abiertamente a la guerra de Ucrania en su intervención ante sus socios, la declaración conjunta no hace ni una sola mención a la guerra en suelo europeo.

La cumbre también ha estado marcada por el acercamiento entre China y la India, después de que los lazos entrasen en una espiral descendente en 2020, en plena pandemia, tras un enfrentamiento fronterizo que dejó una veintena de militares muertos en el Himalaya.

El primer ministro indio también enfatizó que Nueva Delhi y Pekín “reivindican la autonomía estratégica” y que sus relaciones “no deben ser vistas a través del prisma de un tercer país”, una declaración que no tardó en interpretarse como un mensaje a Trump. Y es que cada gesto de Modi en Tianjin se ha leído en clave doble: hacia Pekín y, también, hacia Washington.

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