Los autores han apuntado que este “análisis súperrápido” es menos complejo que en otros informes que han realizado. Se ha centrado en “las tendencias en las condiciones climáticas propicias para el fuego en el área afectada, analizando solo las observaciones” para fijar los vínculos con el cambio climático. Pero recuerdan que la semana pasada publicaron otro estudio más complejo sobre otra ola de incendios en julio en Turquía, Chipre y Grecia, también en la región mediterránea, que apunta claramente hacia ese vínculo entre fuego y calentamiento global.
Los hallazgos del informe sobre Portugal y España “están en línea con una gran cantidad de literatura científica que muestra fuertes tendencias de sequía y un potente aumento de la temperatura, así como condiciones climáticas cada vez más propicias para el fuego en el Mediterráneo”, incide el WWA.
En esta misma línea, Maja Vahlberg, del Centro Climático de la Cruz Roja y la Media Luna y otras de las autoras del informe de WWA, ha incidido en que, al margen del cambio climático, “varios factores probablemente magnificaron el impacto” del evento. Entre ellos, los cambios demográficos, como la despoblación rural y el envejecimiento que han dejado grandes áreas de monte sin gestionar y que hace que se acumule la vegetación, que acaba convirtiéndose en combustible para las llamas.
Sobre otra de las caras de este problema —cómo se inician los incendios— Vahlberg ha recordado que “la mayoría de las igniciones se derivan de actividades diarias o negligencia”. “Esto subraya la importancia de la conciencia y la responsabilidad compartida, además de la prevención”, concluye.
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Source: elpais.com