Los restos de uno de los aparatos no tripulados interceptados en la capital impactaron además de lleno en un edificio del Gobierno, en las plantas en las que se reúne el Gabinete de ministros. Es la primera vez en tres años y medio de invasión a gran escala que Rusia alcanza las dependencias del Ejecutivo. Un nuevo varapalo a cualquier avance en unas posibles negociaciones de paz, tres semanas después de .
La presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, calificó de “burla a la diplomacia” la ofensiva rusa y aseguró que Europa endurecerá las sanciones. El primer ministro británico, Keir Starmer calificó de “cobardes” los ataques contra la población civil e infraestructuras ucranias. “Demuestran que [el presidente ruso Vladímir Putin] cree que puede actuar con impunidad. No se toma en serio la paz”, dijo el laborista.
Unos minutos antes de las diez de la noche del sábado, los sistemas de alerta comenzaron a sonar en las calles del centro y este del país. El aviso ante la llegada de un posible bombardeo se mantuvo durante casi toda la madrugada del domingo. Unas horas después de las primeras alarmas y durante un tiempo, las sirenas también se escucharon en la franja occidental de Ucrania, hacia donde se dirigió una hilera de aparatos no tripulados.
Kiev concentró la embestida de gran parte de los drones —en su mayoría del modelo Geran-2, versión mejorada de los iraníes Shahed— lanzados desde la frontera oeste rusa. Según detalló la Fuerza Aérea ucrania, algunos de estos vehículos bomba llegaron también desde Bielorrusia. El impacto directo de estos aparatos o de fragmentos lanzados tras su interceptación a través de los sistemas de defensa antiaérea causó la muerte de al menos dos personas, una mujer joven y su hijo de un año, encontrados entre los escombros de uno de los edificios más dañados, en el distrito de Sviatoshin.
El alcalde de la capital, Vitali Klitschko, comunicó además el fallecimiento de una anciana mientras se encontraba en un refugio, en el barrio de Darnitsia, en la orilla izquierda del río Dniéper, aunque se desconocen por el momento las causas de su muerte. La ofensiva sobre la ciudad dejó además una veintena de personas heridas. Entre ellas hay una mujer embarazada, que dio a luz tras ser trasladada a un hospital, y permanece en estado grave, según informó la cadena de televisión ucrania Suspilne. Los drones ocasionaron además enormes destrozos en varios inmuebles de la ciudad, uno de ellos de 18 plantas, y zonas de aparcamiento. En la recta final de la ofensiva, Moscú lanzó también sobre la capital misiles balísticos Iskander.
A primera hora del día, levantado ya el toque de queda y mientras los primeros trabajadores salían a la calle, aún se podían ver las largas columnas de humo en el cielo de Kiev. Una de esas humaredas provenía de un edificio administrativo del centro de la ciudad, en el distrito de Pecherskii, alcanzado por los restos de un aparato no tripulado interceptado. Según confirmó la primera ministra del país, Yulia Sviridenko, uno de los ataques dañó el edificio de Gobierno, donde se reúne el Ejecutivo, tanto en el tejado como en los pisos superiores.
La jefa de gobierno se trasladó unas horas después y una vez sofocado el fuego a las dependencias administrativas. Las imágenes captadas por Sviridenko muestran un ala del edificio completamente arrasada por las llamas. “El mundo debe responder a esta destrucción no solo con palabras, sino con hechos”, afirmó.
Otras ciudades de Ucrania fueron también objetivo durante la noche de los drones, en una primera oleada, y del arsenal balístico ruso, después. Entre ellas, Zaporiyia, con 15 heridos, varias casas y una guardería dañadas; Sumi, donde cuatro personas resultaron heridas, entre ellas, dos menores; Odesa, ciudad frente al mar Negro en la que se vino abajo un edificio de gran altura, y Krivói Rog, localidad natal del presidente ucranio, donde unos almacenes comerciales quedaron reducidos a cenizas.
En total, según un comunicado de la Fuerza Aérea ucrania, Rusia lanzó durante la noche 805 drones, una cifra récord, y 13 misiles. El portavoz de este cuerpo, Yurii Ihnat, reconoció en una comparecencia televisiva que los actuales sistemas de defensa antiaérea no pueden cubrir un país tan grande sin que haya impactos. “Es prácticamente imposible. Ningún país del mundo puede hacerlo”, afirmó Ihnat.
El ejército ruso, desde posiciones de tiro en territorio de la Federación rusa y la ocupada península de Crimea, fue martilleando durante la madrugada las defensas ucranias con oleadas de drones, a un ritmo in crescendo a medida que avanzaba la noche. El modus operandi de esta operación, como señalaron las redes de monitoreo de estos bombardeos, especialistas tras tres años y medio de invasión, perseguía saturar las baterías defensivas ucranias antes del lanzamiento de misiles. En lo que va de septiembre, según los datos de Kiev, Rusia ha lanzado cerca de 2.000 drones y más de 50 misiles.
Moscú, por su parte, comunicó a primera hora de la mañana que derribó 69 drones ucranios durante la noche.
Moscú ha golpeado además el territorio ucranio 48 horas después de que la Coalición de Voluntarios, formada por más de una treintena de aliados de Kiev, anunciara en una reunión en París su disposición a prestar garantías de seguridad a Ucrania una vez se selle la paz. Al menos 26 países de esta alianza participarían en un despliegue de tropas de interposición. Sobre esto, Putin afirmó este viernes que, si ese despliegue de tropas se produce, cualquier soldado occidental podría ser un “objetivo legítimo”.
Mientras, en el frente de combate, según la información difundida en las últimas horas por el presidente Zelenski, Rusia ha agrupado a unos 100.000 uniformados en dirección a Pokrovks, en Donetsk, una plaza clave para avanzar en el control total de la provincia y, por tanto, de la región de Donbás.
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Source: elpais.com
