Trump promete responder al asesinato de su aliado Charlie Kirk dando “una paliza a los ‘lunáticos de la izquierda radical”

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha tomado la muerte del activista ultraconservador como un asunto personal. Lo consideraba como “un miembro más de la familia”. No solo: en el plano político, Charlie Kirk, que murió tiroteado el miércoles mientras participaba en un debate en la universidad de Utah Valley, en la localidad de Orem, era uno de sus más estrechos aliados y fue clave en la movilización juvenil que dio alas al movimiento MAGA (Make America Great Again) y al propio republicano en su vuelta a la Casa Blanca en noviembre pasado.

Este jueves, un Trump entre emocionalmente afectado, visiblemente cansado y furioso continuó con los planes que tenía de recordar el 24º aniversario del ataque a las Torres Gemelas del 11-S. Lo hizo en el Pentágono, junto a su esposa, Melania Trump, donde anunció que concederá póstumamente la Medalla Presidencial de la Libertad a Kirk.

El vicepresidente y la segunda dama, J. D. y Usha Vance, sí cancelaron su presencia en los actos conmemorativos en Nueva York para encontrarse en Salt Lake City con la familia de Kirk y ofrecer a su viuda y a sus dos hijos el consuelo de la Casa Blanca. Por la tarde, Vance viajó en su avión oficial, el Air Force 2, con el féretro del líder MAGA para trasladar sus restos de Utah a Arizona, Estado en el que residía en la localidad de Scottsdale, en la gran área metropolitana de Phoenix.

El presidente de Estados Unidos también tenía previsto hablar por teléfono con la viuda de Kirk por la tarde. Lo hizo antes de viajar a Nueva York para ver un partido de béisbol en el estadio de los Yankees. Antes de tomar el helicóptero presidencial, dijo a los reporteros de la Casa Blanca que tiene previsto asistir al funeral de su joven aliado, y que calcula que será en un par de fines de semana. También llamó “animal” al asesino de Kirk y agregó: “Les daremos una paliza a los lunáticos de la izquierda radical”.

Trump citó solo ciertos precedentes; todos ellos, con víctimas conservadoras. Habló de los atentados contra él (dos, sucedidos el verano pasado); de los ataques de los últimos meses a los agentes de inmigración; del caso de Luigi Mangione, el joven que disparó por la espalda al consejero delegado de United Healthcare, una de las principales aseguradoras del país; y del tiroteo en 2017 contra una veintena de congresistas republicanos, entre ellos, el speaker Steve Scalise. Lo hizo para atacar a la “izquierda radical”, que, dijo, “ha comparado a estadounidenses maravillosos como Charlie con los nazis y los peores asesinos en masa y criminales del mundo”.

“Ya es hora de que todos los estadounidenses y los medios de comunicación se enfrenten al hecho de que la violencia y el asesinato son la trágica consecuencia de demonizar a quienes discrepan, día tras día, año tras año, de la manera más odiosa y despreciable posible”, añadió Trump. Su Administración, prometió, “encontrará a todos y cada uno de los que contribuyeron a esta atrocidad”. Y añadió: “Así como a quienes persiguen a nuestros jueces y agentes del orden. La violencia política de la izquierda radical ha herido a demasiadas personas inocentes y se ha cobrado demasiadas vidas”.

El FBI aún seguía buscando al sospechoso más de 24 horas después. Entre tanto, sus responsables anunciaron en una conferencia de prensa en Salt Lake City que habían encontrado el rifle que usó, un arma de caza de “alta capacidad”. También difundieron dos imágenes del supuesto asesino con la esperanza de que eso ayude a su arresto.

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