Mientras el calentamiento se acelera y golpea nuestra vida —España acaba de padecer el verano más cálido desde que hay registros y para Europa será milmillonaria—, en Bruselas se pisa el freno en la lucha contra el cambio climático. De hecho, la Unión Europea no va a llegar a tiempo para presentar su nuevo plan climático ante Naciones Unidas la semana que viene, como había pedido este organismo internacional a los países firmantes del Acuerdo de París. En su lugar, se llevará una declaración de intenciones debido a la imposibilidad hasta ahora de pactar un objetivo de recorte de emisiones para 2035 entre las instituciones comunitarias.
Sara Aagesen, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, advierte de que “Europa no se puede permitir dar la espalada” a la agenda verde. “Vamos a hacer todo lo posible por no llegar a la cumbre del secretario general de la ONU [António Guterres] con las manos vacías”, señala a EL PAÍS sobre la reunión prevista para el 24 de septiembre en Nueva York y en la que los gobiernos deberían llevar sus nuevos planes climáticos.
La UE actúa como un bloque en estas negociaciones internacionales, por lo que los 27 presentan un único documento ante la ONU. Pero tras meses de retrasos, la fecha tope ha llegado sin que ese plan esté acordado entre las instituciones europeas y los Estados miembro. Ahora se buscará una salida, en forma de declaración, en el encuentro de los ministros de este jueves.
Pero si ahora no está cerrado el objetivo para 2040, se complica que los ministros puedan este jueves acordar una meta intermedia, para 2035, para así presentar ante la ONU su plan dentro de una semana.
Aagesen defiende como único camino para cumplir con el Acuerdo de París que Europa se fije el objetivo de reducción del 90% de las emisiones para 2040, como había propuesto la Comisión. Y para ello es necesario que la UE llegue a la cumbre del clima de Brasil, en noviembre, “con una propuesta ambiciosa y basada en la ciencia” que permita a Europa “reafirmar su liderazgo” en la lucha contra el calentamiento global.
El Acuerdo de París, que cumple una década este año, tiene como objetivo que el calentamiento se quede dentro de los límites menos lesivos posibles. Eso se traduce en que el aumento de la temperatura media no debería superar los 2 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales y, en la medida de lo posible, los 1,5. Para ello, los casi 200 países firmantes del acuerdo deben presentar periódicamente planes de recorte de sus emisiones de efecto invernadero, las causantes del cambio climático y cuyo origen, principalmente, son los combustibles fósiles.
“Deben presentarse lo antes posible”, advirtió a principios de este mes Simon Stiell, secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. A través de una carta enviada a todos los firmantes del Acuerdo de París, Stiell informaba de que era necesario que se presentaran en septiembre para poder ser evaluados en el informe de síntesis antes de la cumbre del clima, que se celebrará en noviembre en la ciudad brasileña de Belém.
Entre las grandes economías mundiales, solo Brasil, el Reino Unido, Canadá y Japón han llevado ante la ONU sus NDC nuevas. En esa lista está también EE UU, pero el plan lo presentó la Administración demócrata justo antes de dejar la Casa Blanca; Donald Trump no solo no asume ese compromiso, sino que ha retirado a su país del Acuerdo de París.
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Source: elpais.com