Ante la jueza, (7,5 millones a lo largo de 17 años) puedan tener que ver con la compra de voluntades a los árbitros. El exmandatario azulgrana ha tratado de reducir al absurdo esa hipótesis explicando que el Barça disponía, en sus años de mandato (2010-2014), de un equipo de primer nivel, con Leo Messi al frente. El club, ganador de títulos en España y Europa, no tenía ninguna necesidad de pagar a árbitros, ha dicho Rosell, que ha recordado la presencia en el equipo de jugadores como Xavi, Iniesta, Piqué o Víctor Valdés. Rosell también ha señalado que, en cualquier caso, como vicepresidente del Comité Técnico Arbitral de la RFEF, Negreira no tenía ninguna capacidad de influencia sobre el comportamiento de los árbitros en las competiciones europeas, donde el Barça también triunfaba. Rosell ha retado a las partes a ver vídeos de las competiciones del club en aquella época para constatar que no hubo ningún trato de favor.
Javier Enríquez es el único de los investigados que ha comparecido ante la titular del juzgado de instrucción de Barcelona número 13 de Barcelona que ha respondido a todas las partes. El asesor ha defendido la validez de sus informes, por los que cobró, según ha dicho, un total de 60.000 euros. Enríquez ha asegurado que desconocía por completo que su padre también estaba percibiendo cantidades (mucho más elevadas) del FC Barcelona. Cuando se enteró, en 2018, se lo reprochó porque, según ha manifestado, el padre le había inculcado la idea de que “la integridad arbitral era fundamental”, según fuentes presentes en la declaración. El padre le respondió que no era asunto suyo. En un breve alegado, Enríquez Negreira ha dicho que lleva dos años sufriendo por el procedimiento penal, que ha tenido que desprenderse de su casa y que no puede desempeñar su trabajo como coach y asesor.
También ha comparecido este jueves su madre, igualmente en calidad de investigada. La mujer se ha acogido a su derecho a no declarar, como ya hizo el año pasado el propio Enríquez Negreira.
Después de , su sustituta en el juzgado de instrucción número 1, Alejandra Gil, ha asumido el caso sobre los pagos de un total de 7,5 millones de euros al que era el número dos de los árbitros españoles. La cuestión es por qué el Barcelona pagó esa cantidad hasta 2018. Desde el club se ha asegurado que se pagaba por informes sobre los árbitros que permitían preparar los partidos a los técnicos azulgranas. El anterior instructor del caso afirmó, aunque sin pruebas, que se trataba de una “corrupción sistémica” en el arbitraje del fútbol español.
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Source: elpais.com