El mejor Rashford se reivindica en Europa

Los magpies no necesitaron el viento del Mar del Norte para arramblar al Barça. Los azulgrana, vestidos de naranja, no encontraban la pelota ni su sitio en la cancha por el fútbol de alto voltaje del Newcastle. Howe apostó por un equipo tan intimidador como rápido, sorprendentemente sin su gigante Woltemade, el ariete que remata incluso los peores centros —palabra de un entendido como Shearer—, y volcado hacia el costado del afilado Elanga. El técnico alineó a tres delanteros pequeños y profundos y dispuso marcas individuales en la medular para bloquear la línea de pase azulgrana y el futbol de seda de Pedri.

No había juego interior ni malicia en un Barça bien contenido por el equipo de Howe. Los ingleses, intensos y verticales, pasaron de presionar muy arriba a defender con cinco volantes cuando no tenían la pelota, muy pendientes de estrangular al Barça, que no conseguía dar velocidad al balón ni desbordar por las bandas, mejor en el juego aéreo y en las jugadas divididas que en la elaboración, falto de los desmarques de Raphinha. Los ataques del Newcastle eran tan escasos como selectivos y solían acabar en el banderín de córner después de los escorzos de Araujo. El descanso permitió tomar aire a las urracas mientras el Barça se venció por un momento cuando los delanteros dejaron de presionar y el equipo se partió ante el desespero del laborioso De Jong y del siempre bien puesto e inteligente Pedri.

No había manera de que los azulgrana armaran una buena transición y los ingleses no se sentían amenazados. Y, entonces, en el momento de mayor apuro, apareció Rashford para cabecear como delantero centro un centro meloso de Koundé y poco después marcar un segundo gol con un tiro violento y cruzado a la escuadra de Pope. El golpeo resultó sensacional después de que el propio delantero rebanara la pelota en una jugada aparentemente inocua en el área del Newcastle. Pocos delanteros han martirizado tanto al Newcastle como Rashford. Howe se quedó mudo porque el 0-2 llegó después de que cambiara a cuatro futbolistas y pusiera en escena a Woltemade para intentar remontar el 0-1.

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