Frenkie De Jong resiste las embestidas del Barcelona y firma hasta 2029

El neerlandés pasa de ser uno de los jugadores señalados para dejar el club a convertirse en uno de los líderes del proyecto de Hansi Flick

La llegada de Laporta a la presidencia parecía destinada a borrar a De Jong del Barcelona. El neerlandés no solo era fichaje de Bartomeu, sino que también había firmado el aplazamiento de la mayor parte de su contrato durante el COVID. Es decir, había rebajado sustancialmente su salario en 2020 y 2021 para cobrar el diferido durante los años 2022, 2023, 2024, 2025 y 2026. “De Jong me gusta; lo que no me gustan son sus números. Ni los que tiene en el campo ni los que tiene en los despachos”, sostenían, con más veneno que ironía, en el área deportiva que lideraba Mateu Alemany, hoy en el Atlético de Madrid. El club hasta amenazó con denunciar el contrato que había firmado con Bartomeu —“había indicios de criminalidad”, decían— y organizó un par de off the record con la prensa para intentar forzar su salida a la Premier.

Él, mientras tanto, no decía ni mu. No era calma, era resignación. La llegada de Deco a la dirección deportiva le trajo cierta esperanza a De Jong. Una de las primeras decisiones que tomó el actual director deportivo azulgrana fue la de intentar reunirse con su agente, Ali Dursun. Pero, para sorpresa de Frenkie y de Deco, las negociaciones no avanzaban. Al contrario, parecía que siempre estaban a punto de romperse. “Dursun quería que se fuera libre a Inglaterra para cobrar la comisión”, alertaban desde el Barcelona.

Fue en ese momento cuando la alianza entre Dursun y De Jong comenzó a resquebrajarse. “Nos parece bien que él solo se quiera dedicar a jugar, pero en un momento tiene que abrir los ojos. Le afecta a él”, comentaban desde el club. Tanto le afectó que, entre los problemas en el tobillo y el runrún de su elevado salario, la hinchada azulgrana lo comenzó a pitar. “¿Se ha sentido infravalorado?”, le cuestionaron este miércoles a De Jong. “No, ni por mis compañeros ni por el club. Eso es más cosa vuestra”, disparó. No engaña: en el vestuario es uno de los preferidos; hasta el mismo Lamine Yamal lo eleva a la categoría de uno de sus mejores socios. Sus detractores, entonces, estaban fuera de la Ciudad Deportiva y no eran más que voceros de quienes lo querían vender, sumado a algún payaso mediático deseoso de más ruido.

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