Alonso también vuelve a cruzarse con Florian Wirtz, más apagado en el Liverpool (125 millones este verano) que en el Leverkusen con el vasco. “Tiene 22 años, viene de otra Liga y va a necesitar más tiempo para adaptarse a otra intensidad”, puntualizó su entrenador, Arne Slot. También verá al lesionado Jeremie Frimpong, el lateral derecho que llegó en lugar del madridista Trent Alexander-Arnold, cuya imagen todavía preside el gran mural donde se cruzan las calles Sybil Street y Anfield Road, pese a la desafección de los aficionados por la forma de irse. A Xabi, mientras, le espera un recibimiento por aclamación.
En realidad, esta es la segunda vez en su carrera, entre futbolista y técnico, que acude a Anfield como visitante. Hace un año, salió trasquilado con el Leverkusen (4-0). En esta ocasión, y sin urgencias, el choque se presenta para los blancos (sin Mastantuono, con una pubalgia) como una oportunidad para confirmar que han dado de verdad un salto competitivo tras el clásico. De momento, a la cuarta jornada de la Champions llegan con el segundo su mejor inicio en una temporada tras 14 partidos: 13 victorias y una derrota, igual que en la 61-62, con Miguel Muñoz en el banquillo, y solo peor que la 1928-29 (13 triunfos y un empate).
Las necesidades apremian más al Liverpool, que este sábado frenó su desplome tras seis derrotas en siete encuentros. A siete puntos del Arsenal en la Premier, con seis en la Champions y eliminado ya de la Copa de la Liga, la enorme inversión veraniega (260 millones netos) no ha alumbrado de momento un conjunto feliz. El fichaje más caro de Inglaterra, (145), es baja por lesión (igual que el portero Alisson). Un “clásico por historia y presente”, lo definió Alonso, que dividió su previa entre lo deportivo y la nostalgia. “Xabi ganó la Champions aquí. Todos hablan de él con respeto, como una buena persona”, concluyó su colega Slot.
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Source: elpais.com
