Luego vino, de propina, el homenaje al pueblo valenciano en el Bernabéu, un acto cargado de buen gusto y emotividad realizado el pasado 9 de noviembre, antes del Real Madrid-Osasuna. Aquel día se desplegó una senyera gigantesca en la grada mientras se lanzaba un mensaje: Todos somos Valencia.
Aquella bandera, ya casi un símbolo de confraternidad, viajó como un regalo para que el Valencia y el Levante, en Segunda División, los dos principales clubes de la provincia destruida por las inundaciones, la pudieran utilizar en los homenajes que llegaron en cuanto los dos equipos retomaron la competición. Una serie de gestos cargados de generosidad, humanidad y empatía que muchos no olvidarán jamás. Todo esto puede propiciar que Mestalla reciba hoy por la noche al Real Madrid con una sentida ovación en señal de gratitud. Lo nunca visto. Aunque esto dependerá de si prospera o no la propuesta del colectivo Libertad VCF para dejar vacío el campo en señal de protesta por la gestión de Peter Lim, el propietario de este Valencia menguante.
Luego sonará el pitido inicial, a cargo de César Soto Grado, y la rivalidad volverá al primer plano. Porque del amor al odio puede haber un simple gol de Vinicius de distancia. Corberán, natural de Cheste, uno de los municipios afectados, agradeció este y todos los gestos de solidaridad que vinieron del fútbol. “Esto ayuda y beneficia al deporte y al fútbol, en concreto. Para mí, todo el fútbol español se volcó y tuvo muestras de apoyo. La del Real Madrid la seguí desde la distancia, pero fue una muestra de apoyo emotiva y especial”.
El Real Madrid, a punto del liderato que sostiene el Atlético —ambos cuentan un partido menos que el Barcelona, tercero a tres puntos de los de Simeone—, será, sin duda, un estímulo para un entrenador hambriento que debuta en Primera. Aunque Corberán aseguró que su partido más relevante siempre es el siguiente, sin importar el nombre del contrincante o su historial. “Al final, vamos a enfrentarnos a todos los equipos —le quedan 21 jornadas por delante— y todos hay que prepararlos de la misma forma. Cada partido es el más importante”.
En su estreno confía en tener a la afición abrigando a su equipo. Corberán no ha cometido, al menos aún, la torpeza de criticar a sus aficionados, o de decirles cómo tienen que obrar, como sí hizo Baraja, pero abrió una puerta. “Yo acabo de llegar y respeto todo debate que hay alrededor porque debe ser así, pero al mismo tiempo conozco mucho a la afición del Valencia y siento que no nos van a abandonar. Ellos saben lo importantes que son para el equipo, mejor incluso que yo, y siento que no nos van a abandonar a pesar de lo que han sufrido”.
El técnico de Cheste no quiso entretenerse demasiado en debates que no le aportan nada. Corberán sabe de sobra cuál es su cometido: salvar al Valencia. Y que para lograrlo tiene que romper con una dinámica de desaciertos, inseguridades, pérdida de autoestima y falta de fe en su misión. Tan importante va a ser el trabajo mental como el teórico. Y por eso, antes que pedirle nada a la afición, dijo que va a intentar convencerles. “Tenemos que darles lo mejor de nosotros mismos. La afición responde cuando ve entrega y compromiso. Es una afición que lo entiende y lo agradece. Y ese es mi compromiso desde el primer día”.
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Source: elpais.com