El chavismo blinda la toma de posesión de Nicolás Maduro

La sensación general es que todos estos planteamientos resultan improbables. Casi con toda seguridad, Maduro será investido presidente sin mayores problemas. “En verdad percibo que el enemigo poderoso y cruel está desactivado para cualquier plan subversivo”, dice un jerarca del chavismo muy próximo a Maduro. Pero eso no quiere decir que no se mantenga alerta llegado el caso. La cúpula del Gobierno ha querido transmitir una imagen de fuerza. Los últimos días de 2024 dejaron imágenes como la de Diosdado Cabello disparando con un fusil ―se trata de un militar en retiro con rango de teniente que acompañó a Hugo Chávez en un intento de golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez en 1992―. Cabello, en quien pensó Chávez como sucesor antes de decantarse por Maduro, ahora ejerce de ministro del Interior, un cargo que ocupa desde el conflicto postelectoral como una manera de cerrar el Gobierno y llenarlo de los más radicales. Lleva semanas hablando de una amenaza “inminente” para la que se dicen preparados.

Antes de esto, al patrullaje que suele incrementarse por Navidad se incorporó el componente militar con unidades de reacción rápida, las llamadas URRA, una evolución del pelotón de armas hacia una unidad de maniobra ligera adaptable a la misión y la zona de operaciones que le toque operar. En un acto televisado, apareció el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, acompañado de Cabello, entregando vehículos blindados para el orden interno a la Guardia Nacional. En las calles de Caracas, el número de puestos de control policial y el patrullaje a cargo de hombres encapuchados con armas largas se suma a lo que parece una estrategia coordinada para disuadir cualquier tipo de amenaza contra el Gobierno mediante la fuerza de la intimidación.

Ha sido Cabello el portavoz de las en el país, que el Gobierno chavista ha usado como evidencias de “planes terroristas” y que ha servido para confirmar su narrativa del constante asedio internacional “para desestabilizar a Venezuela”. La seguidilla de arrestos incluye a tres estadounidenses, uno de ellos marinero de la Armada; a José María Basoa Valdovinos y Andrés Martínez Adasme, dos españoles que estaban de turismo en Venezuela y a quienes señalaron de ser agentes del Centro Nacional de Inteligencia; y el más reciente caso del gendarme argentino Nahuel Gallo, que venía a visitar a su pareja y al que ahora se investiga por terrorismo.

Hace unos días, el fiscal general, Tarek William Saab, anunció la liberación de más de 400 presos, que unidos a otra tanda liberada antes,El chavismo trata así de atraer a mandatarios de más países a la coronación de Maduro, pero está por ver qué capitales mandarán representación y el estatus de esta. Aunque a día de hoy esa sea la fotografía fija, el chavismo no quiere dejar nada a la fortuna. En el Palacio de Miraflores, la sede del Gobierno y ocasional residencia de Maduro y Cilia Flores, la primera dama, se mantienen vigilantes.

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