Elon Musk comparte con su amigo Donald Trump un arma aterradora: sus potenciales rivales y enemigos son incapaces de adivinar de dónde vendrá el siguiente golpe y cuál será la dimensión del daño ocasionado. Es difícil imaginar que cualquier gobierno aceptara sin apenas responder las escandalosas acusaciones que el magnate tecnológico ha vertido contra el primer ministro británico, Keir Starmer, en los últimos meses. En una sarta sin control de mensajes en la red social de su propiedad, X (antes Twitter), Musk ha acusado a Starmer de ser cómplice del “mayor crimen en masa cometido en la historia del Reino Unido” y de llevar a su país a “la guerra civil”, y ha exigido la dimisión de un Gobierno laborista que apenas llevas seis meses en el poder.
Resulta complicado determinar las razones que hay detrás de la especial obsesión de Musk con el Reino Unido. Casado en dos ocasiones con la actriz británica Talulah Riley —la primera ceremonia en la catedral de Dornoch, en las Highlands escocesas—, a la que conoció en un pub londinense, el magnate ha profesado públicamente su amor por el país, y por personajes históricos como Margaret Thatcher.
Pero a la vez, Musk ha decidido que la era abierta el pasado 4 de julio en el Reino Unido por el nuevo Gobierno de Starmer simboliza todo lo que odia: el aumento de la inmigración y las políticas progresistas de identidad; lo que en la jerga anglosajona se denomina woke, el término peyorativo para referirse a planteamientos a favor del movimiento trans o del feminismo o en contra del discurso xenófobo o del negacionismo climático.
La lentitud con que respondieron las autoridades, por burocracia, por miedo a despertar tensión racial o a ser acusados de islamófobos o por escaso interés en los problemas de comunidades minoritarias marginales, desató todo tipo de teorías de la conspiración. Y en parte de esos años, Starmer estuvo al frente del Servicio de Fiscalía de la Corona (similar a la Fiscalía General de España).
“Starmer fue cómplice de la violación del Reino Unido (sic) cuando encabezó el Servicio de Fiscalía de la Corona durante seis años”, ha escrito el empresario estadounidense. “Starmer debe dimitir y hacer frente a la acusación por su complicidad en el peor crimen en masa cometido en la historia de Gran Bretaña”, añadió.
El actual primer ministro británico ocupó aquel cargo del 2008 al 2013, y fue precisamente él quien ordenó el inicio del procesamiento contra los acusados de Rochdale. Starmer puso también en marcha una revisión general del modo en que la fiscalía había actuado en todos estos casos, para asegurar que hubiera más condenas, según ha informado Downing Street.
Starmer was complicit in the RAPE OF BRITAIN when he was head of Crown Prosecution for 6 years.
Starmer must go and he must face charges for his complicity in the worst mass crime in the history of Britain.
Y el populista Nigel Farage jalea cada comentario de Musk, ansioso ante la promesa del multimillonario de inyectar una financiación masiva a su partido, Reform UK.
Pero Badenoch y Farage saben que hasta los votantes más escorados a la derecha sienten repugnancia por un personaje culpable de introducir un discurso fascista en el Reino Unido, y en los últimos años han intentado alejarse de él.
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Source: elpais.com