Las dos guerras de Los Chapitos: vencer a El Mayo en Sinaloa y sobrevivir en los tribunales de Estados Unidos

“No fue nuestro avión, ni nuestro piloto, ni nuestra gente”, aseguró Ken Salazar, el embajador estadounidense, al fijar la versión oficial de Estados Unidos sobre las capturas el pasado 9 de agosto. Apenas un día después, los abogados del Mayo publicaron una carta en la que el capo ofrecía una versión completamente distinta. Zambada dijo que Los Chapitos lo traicionaron tras citarlo para una reunión con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, y Héctor Cuén, un influyente político local que fue asesinado ese mismo 25 de julio. El gobernador Rocha, cuestionado por la crisis de seguridad en el Estado, ha negado haber estado presente en el encuentro y rechazado cualquier vínculo con el crimen organizado.

Al mismo tiempo, los abogados de Zambada no han descartado la posibilidad de cooperar o de que se declare culpable para evitar ir a juicio. El Mayo enfrenta su proceso judicial en la Corte del Distrito Este de Nueva York, ante el mismo juez que condenó al Chapo a cadena perpetua en 2019. Su próxima audiencia está programada para el 15 de enero. Cinco días después tomará posesión Donald Trump, que ha prometido endurecer el combate contra los carteles y designarlos como grupos terroristas, como presidente de Estados Unidos.

Al sur de la frontera, Culiacán, el viejo bastión de la organización criminal, se ha convertido en un campo de batalla y la mayor ruptura dentro del Cartel de Sinaloa en más de una década no da visos de terminar. Los Mayos y Los Chapitos han sembrado el pánico sobre la población civil con decapitaciones, asesinatos, secuestros, bloqueos y narcomensajes para intimidar a sus rivales y a las autoridades. La presidenta, Claudia Sheinbaum, ha desplazado a Omar García Harfuch, el secretario de Seguridad, para coordinar la estrategia de las fuerzas del orden sobre el terreno.

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