“¿Qué le vamos a hacer? Toca seguir empujando, ver si podemos ayudar al equipo y aprender”, resumía Carlos Sainz nada más cruzar la línea de meta de la etapa de 48 horas y casi 1.000 kilómetros entre caminos de arena, polvo y muchas dunas. El defensor de la corona en el Rally Dakar se dejó más de una hora y media sobre el ganador de la especial dividida en dos jornadas, el saudí de Toyota Yazeed Al Rhaji, que tardó casi 11 horas en completar el recorrido. El vuelco del piloto madrileño el domingo, cuando apenas había completado un tercio de la especial, le condenó a rodar bajo mínimos, sin carrocería externa ni parabrisas, con su copiloto Lucas Cruz aguantando la puerta rota del vehículo durante más de 600 kilómetros.
“Todo ha salido mal, han sido dos días para olvidar, muy difíciles de aceptar nada más empezar la carrera”, ahondó el ganador de cuatro ediciones de la prueba, de 62 años. Aunque la espalda le molesta un poco tras el costalazo en las dunas y la paliza después de dormir en tienda de campaña bajo las estrellas y con raciones de comida militares, Sainz quiere seguir en carrera para colaborar con sus compañeros de Ford. “Ha sido un arranque de rally muy duro. Ahora quiero recuperarme, tanto anímicamente como físicamente, e intentar ayudar al equipo. Y si puedo ganar alguna etapa, pues mejor”, concluyó a su retorno al campamento de Bisha, al suroeste de Arabia Saudí. La selección de favoritos en la que puede ser la etapa reina de la edición de 2025 descartó también en su segunda jornada al resto de pilotos españoles con opciones en la categoría de coches.
El compañero de Sainz en Ford, el catalán Nani Roma, uno de los pocos ganadores del Dakar tanto en motos (2004) como coches (2014), se quedó parado en el kilómetro 766 con problemas mecánicos graves y se despidió así de sus opciones a llevarse la prueba, que este mismo domingo llegó a liderar virtualmente en algún tramo de la interminable y dura especial preparada por David Castera, director del rally. Peor suerte corrió Cristina Gutiérrez, que después de salvar la carrera de su compañero Sébastien Loeb en la víspera, se vio obligada a abandonar la prueba en el kilómetro 729 de la especial durante esta mañana de Reyes. “La cremallera de dirección se ha partido al bajar una duna cortada y ha perdido todo el aceite, así que el equipo está investigando qué ha pasado para que no ocurra en los otros coches”, comentaba la piloto burgalesa. En su debut con Dacia, la española se ha centrado en trabajar en equipo y, pese a la retirada en la clasificación, podrá reemprender la marcha para seguir con las labores de desarrollo del prototipo recién estrenado.
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
Source: elpais.com