Parecen pintar bastos para TikTok en Estados Unidos. Los jueces del Tribunal Supremo de Estados Unidos parecen inclinados a respaldar la ley que obliga a la popular plataforma de vídeos cortos a desligarse de su empresa matriz, la china ByteDance, antes del día 19 o quedar prohibida en este país, según se desprende de los comentarios y preguntas que han ido haciendo este viernes en una vista de presentación de argumentos de la defensa y la fiscalía.
Aunque algunos de los jueces más conservadores, como Neil Gorsuch, se han mostrado abiertos a considerar la ley aprobada el año pasado como una de los estadounidenses ―el argumento de los abogados de TikTok y ByteDance―, las intervenciones de la mayoría de los nueve magistrados a lo largo de la sesión, de más de dos horas, han ido en la línea de que la norma es necesaria para proteger la seguridad nacional, el argumento del Departamento de Justicia. Entre ellos, el presidente de la corte, John Roberts.
Ante los argumentos de los abogados de la plataforma, encabezados por Noel Francisco, Roberts se ha preguntado si “se supone que tenemos que pasar por alto que la empresa matriz está, de hecho, sujeta a hacer trabajos de inteligencia para el Gobierno chino. Me parece que estamos haciendo caso omiso de lo que más preocupa al Congreso en torno a esto, que es la manipulación china del contenido y la obtención y cosecha (por parte de China) de datos” estadounidenses.
El equipo de abogados encabezados por Francisco y representantes de algunos de los creadores sostienen que si la ley llega a entrar en vigor, un día antes de que se produzca el relevo en la Casa Blanca y el presidente demócrata Joe Biden ceda su puesto al republicano Donald Trump, se vulnerará la libertad de expresión de millones de personas. TikTok sostiene que cerca de 170 millones de estadounidenses, más de la mitad de la población del país, utilizan su plataforma para entretenerse o informarse.
ByteDance y TikTok habían pedido un aplazamiento de la vista sobre el caso para dar tiempo a que la nueva Administración republicana llegara al poder. Trump, que en su primer mandato se había mostrado muy crítico sobre la plataforma, se reunía a finales de diciembre en su mansión de Mar-a-Lago con el consejero delegado de la red social, el singapurense Shou Zi Chew. Y se mostraba partidario de que se le conceda más tiempo a TikTok para que él, una vez de regreso en la Casa Blanca, pueda negociar “un acuerdo político”. A lo largo de su campaña electoral, antes de su triunfo en las presidenciales de noviembre, había afirmado en varios mítines: “Voy a salvar TikTok”. La plataforma es especialmente popular entre los jóvenes estadounidenses.
Gorsuch, uno de los jueces nombrados por Trump en su primer mandato, sí pareció aceptar ese argumento, al considerar “paternalistas” las razones que alega la Administración Biden para la prohibición de la red social si continúa en manos chinas. “¿No asumimos normalmente que la mejor manera de contrarrestar un argumento con el que no estamos de acuerdo es presentar otro argumento que lo refute?”, se preguntó.
TikTok calcula que aunque la suspensión de su servicio fuera solo temporal, el impacto sería catastrófico. Según considera, quedar fuera de juego durante un mes le supondría perder un tercio de sus usuarios diarios, y daños multimillonarios a sus ingresos por publicidad.
Si el Supremo da luz verde a la entrada en vigor de la medida, el Gobierno estadounidense ―que estará ya en manos de Trump― puede aplicar una prórroga de cien días, según prevé la propia ley. Pero la condición es que para entonces la red social haya empezado a dar pasos para ponerse en venta. Si la ley entra en vigor, la aplicación dejaría de encontrarse en las tiendas digitales de Android o Apple. El Departamento de Justicia podría multar a los servicios de internet que permitan el acceso a los millones de usuarios de la plataforma.
La red social sostiene que puede incluir en sus contenidos advertencias sobre la posibilidad de que incluyan propaganda. También se ha comprometido a proteger la información personal de sus usuarios estadounidenses: esos datos, apunta, se almacenan en servidores en Estados Unidos y en manos de contratistas nacionales, como Oracle, y Pekín no puede acceder a ellos.
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Source: elpais.com