El Pentágono envía 1.500 soldados a la frontera tras las órdenes ejecutivas de Trump

Además de los soldados sobre el terreno, el Pentágono enviará también helicópteros y su tripulación y analistas de inteligencia para “apoyar los esfuerzos de detección y supervisión”, según ha indicado en un comunicado el secretario interino de Defensa, Robert Saless. El despliegue “aumenta en un 60% la presencia de soldados sobre el terreno” desde la investidura de Trump, según ha precisado.

Trump había declarado la lucha contra la inmigración ilegal su objetivo primordial durante su discurso de investidura. En sus primeras 72 horas de mandato, la frontera y la inmigración han acaparado buena parte del aluvión de medidas que ha aprobado, y que se espera que incluyan también amplias redadas contra los inmigrantes irregulares en los próximos días. “Declararé una emergencia nacional en nuestra frontera sur. Todas las entradas ilegales se detendrán de inmediato, y comenzaremos el proceso de regreso de millones y millones de delincuentes ilegales a los lugares de donde vinieron”, prometió.

El envío de tropas adicionales es consecuencia “de su medida del primer día de dirigir al Departamento de Defensa para que haga de la seguridad nacional una prioridad de su cometido. Es algo que el presidente prometió en su campaña electoral y que el pueblo estadounidense esperaba. Es una prioridad absoluta del pueblo estadounidense y el presidente la ha cumplido”, ha declarado la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.

Trump ha apuntado la posibilidad de dar ahora ese paso aplicado a la migración. La orden ejecutiva que el nuevo presidente estadounidense firmó apenas horas después de jurar su cargo estipula que el Pentágono podrá enviar cuantos soldados crea necesarios para garantizar el “control operativo absoluto de la frontera sur de Estados Unidos”. El decreto también obliga a los secretarios de Defensa y de Seguridad Nacional a presentar un plan para sellar las fronteras y determinar si son necesarias medidas adicionales. Entre ellas, invocar la Ley contra la Insurrección.

Los militares movilizados ahora se sumarán a los cerca de 2.200 soldados y millares de efectivos de la Guardia Nacional que ya se encuentran desplegados en la frontera. Durante su primer mandato, Trump había ordenado el despliegue de 5.200 uniformados para proteger la línea; el presidente demócrata Joe Biden también había enviado tropas a la zona.

El refuerzo militar en la frontera no es la única medida que ha impuesto Trump para controlar la inmigración irregular y tratar de convertir la zona en una barrera impenetrable. El lunes, entre sus decenas de órdenes ejecutivas, firmó el fin de la ciudadanía estadounidense por nacimiento, consagrada en la Decimocuarta Enmienda de la Constitución. El decreto del republicano arrebataría la nacionalidad a los niños nacidos de padres inmigrantes irregulares o que se encuentren en Estados Unidos legalmente pero con un permiso de estancia temporal, por turismo o por trabajo. De inmediato, 22 Estados bajo control demócrata denunciaron esa medida ante los tribunales como inconstitucional.

El fiscal general adjunto interino, Emil Bove, ha emitido una orden en la que precisa que la ley federal prohíbe “resistirse, obstruir o incumplir de cualquier otro modo las órdenes”. Por lo tanto, su Departamento “investigará los incidentes que impliquen cualquier tipo de conducta irregular, para el posible enjuiciamiento” de sus autores.

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