CUMBIA EN MI TIERRA: la Chicha de Perú es un género musical con sabor andino

El pueblo del Perú tiene muchas definiciones para chicha: una bebida de maíz fermentada, cultura y arte popular y, por supuesto, la cumbia peruana. Él término chicha ha sido utilizado despectivamente, burlándose de la cultura Andina que llegó de manera masiva desde el interior del país a Lima en la costa, en el siglo XX. Cuando se trata de música,

En una pequeña peña de Lima, dos leyendas, Berardo Hernández Jr., conocido como Manzanita Jr., y Pancho Acosta, de Compay Quinto, llenan el recinto con los sonidos complejos y melódicos de la guitarra eléctrica, tocando “solos” a un ritmo rápido utilizando todos sus dedos sin usar una púa. Los fans sonríen y bailan, empapándose en esta mágica experiencia sonora.

Acosta, Manzanita, quien es el padre de Berardo Jr., y Enrique Delgado, de los Destellos, tuvieron su aporte en la creación de un nuevo género, l. Manzanita Jr. se alinea con la teoría que asegura que toda la cumbia peruana es chicha. Acosta insiste en que la chicha es específicamente Tropical Andina, un subgénero que mezcla la cumbia colombiana con la música folclórica andina, conocida como huayno.

Alfredo Villar, autor e historiador de arte, aclara: “La chicha es el momento más complejo de la identidad peruana, porque mezcla todo, desde sus raíces más profundas, hasta las influencias foráneas más extremas y complejas, por eso es tan difícil de definir…siempre va a sorprender la chicha.”

Te puede interesar: Las 165 canciones prohibidas tras el 11-S: La Música que Estados Unidos no quería escuchar

La mezcla inconcebible de cumbia colombiana, guaracha cubana, huayno andino y rock psicodélico, así como muchos otros géneros, se fundieron en Lima a finales de los años 60, creando un sonido verdaderamente delicioso.

La chicha alcanzó su auge en los años 80. Lorenzo Palacios Quispe, conocido como “Chacalón”, o El Faraón de la Cumbia y Los Shapis, grupo andino de Huancayo, trajeron chicha a las masas. Chacalón, que era hijo de padres migrantes de los Andes peruanos y creció en un barrio en el cerro de San Cosme, realizaba trabajos informales antes de convertirse en una mega estrella.

Te puede interesar: 

“Cuando canta Chacalón, los cerros bajan.”

Los Shapis hicieron historia en 1983 cuando llenaron el estadio de Alianza Lima, demostrando el poder de la chicha y de los nuevos residentes andinos de Lima. Chacalón murió a los 44. A su funeral acudieron 60 mil personas. Los Shapis continuaron recorriendo el mundo.

En noviembre pasado, en el cementerio de El Sauce, en Lima, una multitud de personas se reunieron alrededor de tumbas llevando comida y bebida a los fallecidos durante el Día de Todos los Santos. Cuando la luz empezó a desvanecerse sobre las montañas desérticas que rodean la capital,

El sonido melancólico resonaba en las tumbas mientras las familias bailaban y bebían cerveza. Se escuchaba a Chacalón desde los parlantes portátiles de unos vendedores ambulantes y una familia hacía sonar a Los Shapis mientras visitaban a sus seres queridos. 40 después, la chicha sigue muy viva en la capital peruana.

CUMBIA EN MI TIERRA: Entre montañas, la cumbia andina conquista Ecuador

Científicos traducen las pulsaciones de una estrella en música

CUMBIA EN MI TIERRA: «Guacamayo Tropical», la revolución electrónica de la cumbia en Madrid