EE.UU. crea la IA, China la copia y Europa se limita a regularla

Y, de repente, DeepSeek. Cuando parecía que las aplicaciones estadounidenses de inteligencia artificial (IA) como ChatGPT serían las grandes e indiscutibles ganadoras dentro del negocio de las máquinas que responden a casi cualquier pregunta, China ha conseguido meter dentro del grupo a un

Ayer, después de la estruendosa caída en bolsa de la flor y la nata de la inteligencia artificial estadounidense a causa de la irrupción de DeepSeek, el presidente Donald Trump señalaba que el éxito de la app china debe servir como «una llamada de atención» para la industria del país, que está en la obligación de «competir para ganar» porque cuenta con «los mejores científicos del mundo». Y también con el dinero y con la experiencia atesorada por las tecnológicas que pusieron de moda eso de pedirle ayuda por escrito a las máquinas. La que no se espera que tome nota, de acuerdo con los expertos consultados, es Europa, que cada vez se queda más rezagada en la carrera por conseguir el mejor robot conversacional.

El ejecutivo hace referencia a la reciente Ley de IA aprobada por la UE en la primavera del año pasado. Esta establece que soluciones del tipo de DeepSeek y ChatGPT deben cumplir con estrictas normas de transparencia, seguridad y de respeto a los derechos de autor. «Para entrenar una IA en Europa hacen falta muchos datos, y en términos operativos para las empresas de aquí no es viable porque no tenemos tanta manga ancha. Lo único que nos queda es jugar un papel de meros observadores», remata Martín.

Mientras la UE cuenta con su Ley de IA, más enfocada a respetar los derechos fundamentales y a evitar los malos usos de los algoritmos, Estados Unidos permite a sus empresas realizar desarrollos sin, prácticamente, ninguna restricción. A Pekín, mientras tanto, le importa tanto que los desarrollos de sus tecnológicas sean respetuosos «con los valores socialista» como que creen soluciones punteras a nivel internacional.

El Tribunal de Cuentas de la UE ya alertaba el pasado mayo de que «la inversión privada en IA ha sido menor (en Europa) que en otras regiones mundiales que lideran este campo desde 2015». Asimismo, destacaba que la brecha global de inversión en esta tecnología entre los Estados Unidos y la UE «se duplicó con creces entre 2018 y 2020», en concreto, en unos 10.000 millones de euros. Pero a día de hoy, sin duda, será mayor. De acuerdo con datos de la OCDE, las dos grandes potencias en suelo comunitario en el desarrollo de esta tecnología, como son Alemania y Francia, tendrían que invertir cada una más de 160.000 millones en la materia para ponerse al día con el país norteamericano en 2030.

Gasto en IA para alcanzar

el nivel de EE.UU.

En millones de dólares

Ponerse al día en

2030

2040

2050

China

94.237

99.242

117.915

Reino Unido

157.923

157.408

182.527

India

162.589

161.996

187.814

Israel

163.436

163.180

189.369

Alemania

163.821

163.483

189.676

Canadá

164.441

164.243

190.634

Corea del S.

165.430

165.066

191.502

Francia

165.637

165.342

191.858

Suecia

166.289

165.715

192.143

Singapur

167.118

166.934

193.766

Fuente: AIPRM vía OCDE y Banco Mundial

ABC

Gasto en IA para alcanzar el nivel de EE.UU.

En millones de dólares

Ponerse al día en

2030

2040

2050

China

94.237

99.242

117.915

Reino Unido

157.923

157.408

182.527

India

162.589

161.996

187.814

Israel

163.436

163.180

189.369

Alemania

163.821

163.483

189.676

Canadá

164.441

164.243

190.634

Corea del S.

165.430

165.066

191.502

Francia

165.637

165.342

191.858

Suecia

166.289

165.715

192.143

Singapur

167.118

166.934

193.766

Fuente: AIPRM vía OCDE y Banco Mundial

ABC

«El dinero es una barrera muy grande, pero no el cerebro, el criterio o la habilidad, que en Europa la tenemos», señala Sergio Álvarez-Teleña, CEO de la empresa de inteligencia artificial española SciTheWorld. De acuerdo con el experto, a estas alturas las empresas de la UE deben intentar convertirse en «los aliados que China y EE. UU. quieren», y eso pasa por «crear tecnología corporativa» con IA más que por el desarrollo de chatbots. «No podemos medirnos en fuerza bruta, es absurdo. Tenemos el ejemplo de la francesa Mistral, que también tiene su herramienta tipo ChatGPT pero no ha sido capaz de conseguir la inversión de otras, como OpenAI», remata el experto.

Haga lo que haga la UE, de lo que no cabe duda es de que Silicon Valley realizará cambios importantes para ofrecer soluciones capaces y económicas, igual que la china DeepSeek. De acuerdo con Álvarez-Teleña, que conoce bien el funcionamiento de la gran empresa estadounidense, lo más probable es que compañías como OpenAI y Google comiencen a dejar de operar como si se encontrasen en un oligopolio: «Había cuatro empresas muy poderosas haciendo cosas muy ineficientes. Ahora entra otro jugador y el objetivo va a ser comenzar a hacer cosas más baratas que den resultados óptimos. Se van a ver ahorros muy grandes».