El promedio de goles por partido en la primera fase de esta Champions fue de 3,26. La cifra bate todos los récords de la competición desde que se estableció la liguilla en 1999. En aquella primera edición de la Copa de Europa con formato de Liga de Campeones se anotaron una media de 2,8 goles por encuentro en la primera fase. La frecuencia goleadora tocó fondo con 2,2 en 2001. Desde entonces, el fútbol de ataque ha empujado el límite, pero el nuevo formato lo ha pulverizado. Para regocijo de la UEFA.
Matemáticamente, el formato demuestra que la relación entre incertidumbre, ansiedad, y mejora del rendimiento atacante de los equipos suele ser directamente proporcional. Los partidos son más espectaculares y los protagonistas sufren más. “El nuevo formato de Champions nos da más trabajo”, admite Mikel Arteta, el entrenador del Arsenal, con una sonrisa. “Como son más rivales y tan distintos, hemos tenido que meter más horas para descubrir al rival al que te enfrentarás solo una vez, cuando antes tenías la ventaja de jugar dos veces contra el mismo”.
“Otro error que comete la UEFA”, añade Shara, “es poner todos los partidos a la misma hora. Esto no es como en los grupos de cuatro, en los que se juegan dos partidos para definir el grupo y en cada partido se define el 50% del grupo. Aquí apenas se define el 5% del total de la competición. Cuando la incidencia es del 5% no puedes hacer cosas que te beneficien a ti en desmedro de otros, es casi imposible matemáticamente. Según nuestros estudios, tienes apenas un 3% de probabilidades de manipular el resultado”.
Shara asegura que su formato produce campeonatos y futbolistas más competitivos. Recuerda que se aplicó en las competiciones de fútbol de Costa Rica y en la clasificación mundialista de CONCACAF para la Copa del Mundo de 2014 y 2018, y que gracias a ello surgió la mejor selección de Costa Rica de la historia. La implantación del formato en Argelia hace dos décadas se reflejó en la conquista de la Copa de África en 2019, y la conformación de la Copa Perú en 2015 impulsó la clasificación de la selección nacional peruana para el Mundial de 2018 después de 36 años sin ir a una fase final. “Al aumentar la competitividad”, dice, “los niños crecen desde la base con otra mentalidad”.
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Source: elpais.com